Una fuerte crisis económica afecta a 35 abuelos de la Fundación Hogar de la Esperanza de Cúcuta. 

Desde que se dio el cierre de la frontera colombovenezolana, los abuelos de la fundación viven de las diferentes estrategias creadas por su director y demás voluntarios para poder solventar las necesidades básicas de aseo y de alimentación diarias.

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Sin embargo, con el pasar de los días, el desarrollo de estas ideas se complica por  la falta de ayudas, el olvido del gobierno y la escasez de alimentos.

Además, el éxodo de venezolanos también los ha afectado, pues parte de las ayudas que recibían para solventar sus problemas, fueron direccionadas para atender la crisis que el flujo de inmigrantes desató, luego del cierre de la frontera. 

Fundación sin ánimo de lucro 

Desde hace 18 años, el Hogar de la Esperanza está al servicio de los viejos de Cúcuta, que viven solos y no cuentan con una mano amiga, dijo Miguel Ángel Beltrán, director de la fundación.

"Funcionarios de la Policía se encargan de llevar a los abuelos que deambulan por las calles de la ciudad para que reciban los servicios que ofrece la fundación", recordó.

Añadió, que desde hace tres meses se encuentran en esta lucha que se hace más compleja, pues las empresas y familias filántropas que los apoyaban se han alejado, y por ende, la calidad de vida de estos adultos mayores vuelve a ponerse en riesgo. 

Por ello, el director le hace un llamado a los cucuteños para que apoyen su labor donando mercados, útiles de aseo, sillas e implementos de salud a los abuelos.

Además, le solicita a la Gobernación de Norte de Santander y a la Alcaldía que se unan a esta causa, aportando ayudas permanentes, porque los recursos buscados por los mismos miembros de la fundación no son suficientes para acabar con la fuerte crisis que atraviesan.

"Las puertas de la fundación están abiertas para quienes deseen unirse brindando ayudas o como voluntarios", señaló el director. 

Asimismo, advirtió que pueden comunicarse al 3108164425 o acercarse a la avenida 11 N° 15-95 barrio El Contento, para poner su granito de arena y ayudar al cuidado de los ancianos.