Cada vez que un extraño merodea por las riberas del río Pamplonita, Miryam Clavijo, una de las líderes comunales del barrio El Cerrito, en la vía Cúcuta-San Gerardo, parece atrincherarse.

Lo hace porque, dice, están cansados de la manera como el ser humano ha contaminado el río, pues es aquí donde el agua se vuelve negra y tan fétida que las personas prefieren ya no llegar hasta allí.

Clavijo señala que en este sector, donde convergen las aguas del Pamplonita y las del Táchira, solo llegan algunos peces muertos que son comidos por las aves de rapiña. Es la peor vista que tiene el moribundo Pamplonita, dice.

El agua, que se supone es vida, llega muerta, y no se necesita llegar a la orilla para respirar la fetidez.  Por allí entran y salen del río camiones cargados con piedra y arena; tienen concesión de Corponor.

“Hace un tiempo, los vecinos nos plantamos para que una empresa trituradora no se metiera con las riberas donde están las casas, porque todo el mundo abusa del medioambiente por estos lados y si sacan piedras, en una crecida nos inundamos”, dice Clavijo.

En San Gerardo hay varias curtiembres que tiran salmueras (agua salada donde se descomponen pieles de animales) directamente al río, tejares y ganaderías.

Los habitantes piden a Corponor que inspeccione aguas abajo el Pamplonita, donde todo parece una cañería.

Aguas negras, al río

Un estudio de Aguas Kpital señala que Cúcuta arroja cada segundo 722 litros de aguas residuales al río Pamplonita.

Según la ingeniera Luz Marina Barbosa, de Aguas Kpital, los cucuteños producen en total 1.047 litros por segundo de aguas negras, y 69,01% cae al Pamplonita.

Los residuos restantes se vierten al río Táchira y las quebradas Tonchalá, Quebrada  Seca, La Floresta (Puerto Santander), y Guaimaral, vía a El Zulia  (ver mapa).

“Cúcuta vierte las aguas residuales a dos cuencas que finalmente descargan al río Catatumbo, que a  su vez desemboca en el Lago de Maracaibo”, dijo.

El gobierno planea  tratar las aguas negras que se vierten al Pamplonita en una planta de tratamiento de aguas residuales en La Mina, vía a San Faustino. Sin embargo, esta planta es solo un ítem del proyecto para el alcantarillado maestro de 320 mil 559 millones de pesos.

Según Aguas Kpital, el occidente de Cúcuta descarga sus aguas residuales a la quebrada Tonchalá, con un caudal medio de 177 litros por segundo, que finalmente llegan al río Zulia  y cuyo tratamiento se tiene previsto en una planta en Tonchalá.

Para el sector occidental, que es el que descarga hacia la quebrada Tonchalá, se se construyen los colectores con el apoyo de Corponor.

Mediante delegación de la EIS, Aguas Kpital realiza los estudios de la Línea Base para el Tratamiento de Aguas Residuales, que servirá la gestión con el  Departamento Nacional de Planeación y el
Ministerio de Vivienda, desde 2012 para conseguir los recursos para el plan maestro de alcantarillado.

El alcalde César Rojas  dijo que está a la espera de que se cumpla una reunión con el viceministerio de Aguas y el director de Planeación Nacional para definir el modelo del proyecto a aplicar.