Unos 4.330 niños del colegio Camilo Daza en Cúcuta, en sus siete sedes educativas, están en riesgo de quedarse sin comenzar clases el próximo lunes 21 de enero y cursar el período académico 2019.

El problema surgió debido a que la Alcaldía de Cúcuta no puede hacer la contratación con la institución, de la comunidad Scalabriniana, pues el Ministerio de Educación, a través de una circular, la semana pasada notificó que el plantel incumple requisitos que exige el Decreto 1851 de 2015, donde se establece los criterios para este tipo de contrataciones con las congregaciones religiosas.

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La secretaria de Educación municipal, Doris Angarita, explicó que la normativa abarca una serie de requerimientos como la experiencia, la idoneidad y el percentil. Este último, es el índice de calidad académica, y el que no está cumpliendo el colegio Camilo Daza.

El percentil de cada colegio es tomado en base a los resultados de la Prueba Saber que hacen los grados tercero, quinto, noveno y undécimo cada año.

El mínimo que debe cumplir el plantel es de 30, pero no alcanza a llegar a esta cifra.

El sacerdote Francesco Bortignon, director de la institución, explicó que el año pasado no hubo pruebas, porque el ministerio no tenía recursos para aplicarlas.

En consecuencia,  por defecto, la cartera educativa tomó el percentil que obtuvieron los colegios en 2017, manteniéndolo por debajo del mínimo exigido.

Durante 2018, el colegio hizo un plan de mejoramiento, pero la institución educativa no tuvo cómo demostrarlo.

“Desde 2017, hicimos unos convenios de asociación de manera que pudiéramos ayudar al colegio a mejorar la calidad académica, pero no se tomaron en cuenta”, dijo Angarita.

Durante una reunión que se realizó en la alcaldía el pasado lunes, en presencia de la Procuraduría Regional y Provincial, el alcalde César Rojas pidió al representante del ministerio flexibilizar la contratación con la comunidad scalabriniana, mediante la modalidad de implementación pedagógica.

La secretaria de educación indicó que esas peticiones pasan por permitir entrar a este colegio en un plan de mejoramiento con otras congregaciones como las Hermanas Salesianas, los Hermanos Lasallistas y las Hermanas del Santo Ángel, que tienen la voluntad y vocación para ayudar.

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Sin embargo, estas deben tener autorización de la autoridad máxima en cada caso.

Sin embargo, será este jueves en Bogotá que se reúnan con los directivos de cobertura, y acceso y permanencia del ministerio para ver qué respuesta tiene a estas peticiones.

Angarita explicó que estas 7 sedes educativas, que son privadas, corresponden a la congregación religiosa.

“Poríamos contratar con otra congregación, pero no tenemos la infraestructura”, dijo.

La planta de maestros del colegio Camilo Daza es de 152 docentes: 102 oficiales y 50 privados.

Faltan maestros

La secretaria de Educación, Doris Angarita, aseguró que el municipio ha recibido a todos los niños venezolanos que han llegado a matricularse, afectando esto la planta de maestros. 

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Para octubre del año pasado hacían falta unos 100 docentes. Esta cifra no se relaciona con niños matriculados entre diciembre y enero.

“Hemos cumplido con la demanda recibida con los niños venezolanos prácticamente sin la ayuda del Gobierno nacional. Lo hemos hecho desde acá”, dijo. 

Angarita indicó que incluso la capacidad instalada de cada colegio también se ha visto afectada. Por ejemplo, el colegio Misael Pastrana tenía una solicitud de cupos de 600 niños venezolanos y se incluyeron 400. 

Mientras que el padre Francesco Bortignon tiene una solicitud de 700 cupos para venezolanos.