La tormenta por el estado del terreno de juego del General Santander sigue tomando fuerza. Ayer, luego de conocerse la decisión del Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte (IMRD) de no prestarle el estadio al Cúcuta Deportivo para el reinicio de la liga, el equipo determinó que este año no jugará en la ciudad.

“Es increíble que en seis meses fuera descuidada la cancha de esa manera. A nosotros nos prohibieron ir a los entrenamientos, nadie tocaba la grama para que estuviera así”, afirmó el gerente del Cúcuta, Nelson Parada.

Esta situación obliga a que los motilones busquen una nueva sede, pues la Dimayor proyectó el fin de semana del 19 y 20 de septiembre, el regreso a competencia del conjunto rojinegro, que deberá enfrentar al Deportivo Cali, siempre y cuando no se cambie el sistema de campeonato hoy, en la Asamblea del máximo ente del Fútbol Profesional Colombiano.

 Aunque el pasado lunes sonó el estadio Alfonso López de Bucaramanga o el Álvaro Gómez Hurtado de Floridablanca como posibles sedes, el fronterizo habría recibido una respuesta negativa.

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A raíz de esta noticia, Parada aseguró que recibieron llamadas desde Sincelejo y Yopal, para servir como casa.

“Sincelejo y Yopal se han ofrecido, el alcalde de Sincelejo está expandiendo la ciudad. Quieren que vayan equipos grandes. Le sirve mostrar la ciudad, la llegada de un equipo genera empleo, hay hotelería, restaurantes, transporte y más beneficios, situación que no ve el alcalde Jairo Yáñez”, afirmó el gerente.

Y es que el ofrecimiento de Sincelejo para que el Cúcuta Deportivo juegue en su tierra no es nuevo. En enero de este año, se ofrecieron también justamente cuando el equipo no había firmado contrato para alquilar el máximo escenario deportivo de los nortesantandereanos, con el Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte (IMRD).

Por su parte Yopal ya sirvió de sede del Cúcuta en el 2012, precisamente en el tiempo en el que estaban cambiando la gramilla del General Santander, en su momento, para los Juegos Nacionales de ese año.

“Aún nada está definido. La decisión depende de lo que determinen en la Asamblea de hoy en la Dimayor, en la que ya está en el orden del día el tema del Cúcuta Deportivo”, aseguró Parada.

Asimismo el gerente dijo que no es posible jugar en Pamplona u Ocaña, pues las condiciones de los estadios no cumplen con los requerimientos básicos para el fútbol profesional y más las exigencias en los protocolos de bioseguridad. 

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Por ahora, el Cúcuta espera la confirmación del formato definido de campeonato. 

“Lamentamos la falta de apoyo por parte de la administración municipal hacia la institución que representa los colores de la ciudad”, reza un comunicado emitido por el club.

El próximo 24 de septiembre, el rojinegro tendrá que presentarse ante la Superintendencia de Sociedades y demostrar que cumplió en los pagos a sus acreedores, como lo prometió en la pasada audiencia. Entre sus deudores está la Alcaldía de Cúcuta (350 millones de pesos) y el  IMRD (910 millones). Al Instituto tenía plazo de pagarle hasta el 4 de septiembre, pero no lo hizo.

IMRD, espera mejoría

El Insituto Municipal para la Recreación y el Deporte (IMRD) está a la espera de que el contratista a cargo del mantenimiento, la empresa paisa Paisajes y Jardines, pueda mejorar el estado del terreno para así determinar qué acciones tomar sobre el futuro del gramado del General Santander.

“Tenemos un supervisor del Instituto haciendo seguimiento del estado. De momento estamos esperando que nos hagan la entrega oficial del estadio”, afirmó el director del Instituto, Oscar Montes Ararat.

Agregó que la decisión de no prestar el estadio fue de momento y tan pronto esté en buenas condiciones, el Cúcuta podrá solicitarlo.

Vale la pena recordar que la gramilla actual lleva ocho años de uso, ya que fue cambiada a mediados de 2012.

Su vida útil ya habría llegado a su fin y como tal, tocará proyectar un cambio urgente para que la ciudad pueda tener un escenario digno.