El nombre de Lucas Andrés Pusineri Bignone quedará grabado en la memoria histórica del Cúcuta Deportivo y su hinchada. El argentino, quien nunca había dirigido un club a nivel profesional, logró lo que otros colegas con experiencia no pudieron: regresar la tribu motilona a la A.
Desde su llegada, en febrero de este año, Pusineri sudó la camiseta rojinegra, dándole al equipo una temporada casi perfecta. Mantuvo un invicto de 16 fechas, entre los partidos del Torneo y la Copa Águila, así como una racha de 22 fechas sin perder en el Torneo de Ascenso. Este año solo cayó en dos encuentros.
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La Opinión entrevistó al estrega de la escuadra de la frontera en julio pasado, para que la fanaticada conociera más sobre él, la cual ahora recordamos, después de que este miércoles cumplió su objetivo, tras la victoria 2-0 ante Llaneros en el estadio General Santander.
Esta es la entrevista:
Hace 42 años nació en Buenos Aires (Argentina). Cuando tenía 21 debutó en el Almagro, y hoy, tras toda una vida dedicada al fútbol, su olfato futbolístico lo condujo hasta el banquillo de un Cúcuta Deportivo.
El amor por la historia lo trajo hasta la ‘Perla del Norte’ y ahora es el encargado de escribirla en la grama del General Santander.
Lucas Andrés Pusineri Bignone nunca había dirigido un equipo profesional, pero con un debut lleno de victorias, tiene soñando a los aficionados con la posibilidad de recuperar la categoría. Aquí parte de su historia y del secreto para ser el líder indiscutido del Torneo Águila.
¿Quién es Lucas Andrés Pusineri?
Un argentino noble, para quien la familia es un factor importante. No estaría acá si mi familia no me acompañara. Vivo con mis dos hijos y mi esposa; Ciro de cuatro años y Roque de un año y moneditas (meses). Y es mi esposa la artífice de que pudiera emprender la búsqueda de un destino laboral. Estoy acá por eso.
Es su primera experiencia como Director Técnico, ¿por qué eligió al Cúcuta?
Porque para mí es un club que había jugado la Copa Libertadores, algo que tiene peso; después me puse a estudiar la ciudad. Para mí es importante que acá se declaró parte de la independencia del país.
Me gusta que haya un casco histórico donde Santander luchó.
¿Ha aprendido a querer esta ciudad en tan poco tiempo?
Cúcuta nos amañó de una forma muy interesante, estamos adaptados. Cúcuta para nosotros es calidad de vida, y cuando uno tiene calidad de vida está tranquilo por poder compartir mucho más tiempo con la familia. Por eso estamos contentos.
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¿Trasmite ese sentimiento familiar a sus jugadores?
Sí. Creo que el padre de familia, como en este caso el entrenador, tiene que tratar de ser consecuente con lo que hace y dice. Hay que pregonar con el ejemplo. Uno trata de dar un ejemplo de compromiso, de respeto y eso influye en el rendimiento.
¿Quién fue Lucas Pusineri como futbolista?
Un futbolista que jugó en tres grandes clubes de Argentina: en San Lorenzo de Almagro, en River Plate, y en Atlético Independiente, donde tuvo un gran protagonismo.
En Independiente lo recuerdan con cariño por un gol que valió un título ante Boca Juniors…
Sí. Para mí ese 24 de noviembre del 2002 fue un antes y un después como futbolista y como persona. Como persona porque me he encontrado con historias que reflejan que uno le cambió la vida a gente. Desde el campo, Independiente hacía mucho tiempo que no consagraba un título a nivel nacional. Y desde ese 2002 no han logrado volver a salir campeones.
¿Qué historias encontró después del gol?
Ese gol dio vida y dio muerte. A los cinco meses de haber marcado me saqué una foto con un bebé que se llamó Lucas por ese gol, y también me crucé con el hijo de una persona que en el momento de euforia falleció de la emoción. Eso es lo que abarca un gol.
¿El mejor de su carrera?
Sin duda. Después de mucho tiempo todavía retumba en mí. La gente todavía me festeja un cumpleaños el 24 de noviembre. Eso me llena de orgullo.
La gente estaba escéptica por su falta de experiencia ¿Eso influye de alguna forma en su llegada?
Yo me preparé para la oportunidad de tener un equipo a disposición, por eso trato de ser coherente en las decisiones que tomo. Ese sello lo quiero para mi equipo: el del trabajo, el de la seriedad, el del compromiso.
Entonces se podría decir que ¿el Cúcuta Deportivo tiene el ADN del Lucas Pusineri?
Ese ADN para mí es importante que el equipo lo pueda llegar a tener. Independientemente del resultado, lo principal es que se pierda o se gane el equipo deje hasta la última gota en el campo.
¿Está conforme con el equipo que tiene?
Sí, tengo un plantel de buena gente, y eso en definitiva hace que los clubes sean mejores. Y cuando un equipo tiene buenas personas, la calidad se refleja dentro del campo.
Pero… ha tenido bajas importantes, ¿cómo afrontó las salidas de Cristian Álvarez, Roque Caballero y Jader Obrian?
Sí, pero han venido grandes jugadores, con un gran recorrido y experiencia que el equipo necesita. (Wilberto Cosme y Mateo Muñoz) son dos jugadores con bagaje internacional y los vemos con buen ojo. Estoy muy tranquilo con los jugadores que tenemos en el plantel.
Aun así no es fácil conseguir el promedio que tienen hoy. ¿Es un debut soñado?
Indudablemente en este, mi primer trabajo, podemos mostrarlo a Colombia. El invicto hasta ahora no deja de ser anecdótico y lógicamente es respaldado por mi labor, y por eso es que estoy contento. También es muy importante la materia prima. Yo cuento con muy buenos futbolistas, los nutro de conocimiento y exigencia para que se desenvuelvan bien.
¿Exigirles tanto a los jugadores es la clave para el éxito del equipo?
Sí. Sé que si un jugador no juega a tope, en un partido de exigencia va a estar en desequilibrio. Queremos que los entrenamientos sean de una capacidad alta para que en los partidos puedan aguantar. También entrenamos la fuerza mental, pues debe haber equilibrio.
Usted habitualmente tiene un histórico de seis cucuteños en el campo de juego, no era algo muy regular de ver ¿Qué lo inclina a colocarlos?
Sí, son Carlos Ramírez, (Jefferson) Solano, Mauricio Duarte, Braynner García, (Darwin) Carrero y Junior Rangel. Acá no hay playa, así que el Cúcuta muchas veces es el sitio de reunión familiar. Para mí es importante darle sentido de pertenencia al equipo, y ese sentido se lo dan los jugadores nacidos aquí. Además, tienen mucho que aportar.
¿Le han dado los resultados que espera?
Sinceramente estoy muy orgulloso de ellos. Venían al estadio a ver el equipo del pasado, y ahora son parte del presente. Me enorgullece que tienen el plus de haber nacido en esta tierra.
Falta mucho Torneo para jugar. ¿Cómo vive esto el camerino?
Entramos en una etapa definitoria donde las cosas no son como empiezan sino como terminan, y el fútbol es un deporte muy ingrato. Solo hay un campeón y dos ascensos, pero habrá 14 frustraciones. No podemos festejar nada. Nuestra visión es seguir en nuestro río de buena energía y esfuerzo para poder cosechar el resultado que queremos, que es el ascenso.
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¿La situación económica y administrativa por la que atraviesa el equipo ha afectado su trabajo?
Cuando llegamos nos propusimos hacer un trabajo honesto y con seriedad, independientemente de cómo esté el club en su parte administrativa. Sabemos que mucha de la plata del plantel se va en pagar deudas del pasado, pero eso no nos desvía del objetivo que es hacer una buena labor deportiva.
Pero de cualquier forma, eso afecta el equipo…
Obviamente. Hay tres patas: La administrativa, la futbolística y la afición, que esté contenta. Si alguna falla el equipo puede ir abajo. Pero contamos con la suerte de que el Presidente (José Augusto Cadena) está trabajando bien. Esperamos que nosotros sigamos igual de cara a la etapa final en lo deportivo.
¿Se siente satisfecho por lo conseguido hasta ahora?
No me puedo dar por satisfecho, tenemos que ir por más. No me puedo dormir en los laureles porque en la vida y en el fútbol la confianza mata.
¿Qué decirle a la hinchada que lo sigue apoyando?
Quiero que la ciudad tenga un equipo competitivo y las estadísticas lo demuestran. Los jugadores se están matando por la camiseta, la gente puede estar muy tranquila porque tienen al frente del equipo a alguien que quiere al Cúcuta Deportivo. Esperamos que no nos den la espalda y poder darles también el resultado que se espera en las finales.