Desazón, amargura, desidia, tristeza, impotencia. Los adjetivos pueden muchos para lo ocurrido con el Cúcuta Deportivo, después de la ‘decapitación’ que la División Mayor del Fútbol Profesional le hizo al elenco rojinegro, el miércoles anterior en la asamblea de clubes.

Hoy la afición llora la desaparición de su emblema emocional, el ‘doblemente glorioso’ Cúcuta Deportivo. Ese equipo con el que muchos nacieron, crecieron, disfrutaron, gozaron, rieron, celebraron momentos especiales y con el que también sufrieron, hasta el último día de su vida en la Dimayor. 

Si el mundo del fútbol sigue conmocionado por el fallecimiento de Maradona, la hinchada motilona está más consternada y dolida por  la tribu rojinegra. A estas alturas siguen preguntándose ¿Qué sucederá finalmente con la ficha? 

Una tarea compleja donde la Dimayor prefirió proteger los intereses del máximo accionista del equipo José Augusto Cadena Mora.

Total apoyo

La Opinión consultó a algunas personas para conocer su posición sobre la situación y qué se podría hacer al respecto.

El alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez Rodríguez, quien dijo desconocer la decisión de la Dimayor, se ha mostrado, desde el momento de la liquidación, en actitud de recuperar al equipo para la ciudad y precisó que guarda la esperanza de rescatarlo.

De igual manera, afirmó que la semana entrante hará una rueda de prensa con el gerente liquidador Arturo Acosta Villaveces para conocer en detalle qué se va a hacer al respecto.

El mandatario insistió en que el proceso del Cúcuta Deportivo va enmarcado en una ruta que se interpreta de la Ley 1116 para ver cómo se les paga a los acreedores. Respecto al fútbol profesional para 2021,  sostuvo que “hay que tener paciencia y por ahora esperar que el proceso de judicialización continúe su curso”. 

Inexplicable

Hugo Horacio Lóndero, una de las insignias del equipo, como jugador y entrenador, dijo que todo esto es una sensación de impotencia, que no se sabe cómo calificar. En su opinión, hay mucha incertidumbre sobre qué se puede hacer. Pero, “creo que en este momento es buscar un abogado o una persona especializada, que conozca del tema deportivo”.

El colombo-argentino consideró que lo sucedido de alguna manera puede ser demandable y agregó que habría que recurrir a una acción popular para hacer valer los derechos de la ciudad y de la igualdad.

Acerca de cómo tomó la  noticia al conocer que desaparecía el equipo de la Dimayor, Hugo Horacio confesó que se siente impotencia e injusticia “uno no puede creer que una persona como el señor Cadena (José Augusto), que cometió tantos errores lo tengamos que pasar nosotros los cucuteños”.

Y consideró que estaban premiando a los malos y castigando a los buenos. “La sensación que a uno le queda es que la Dimayor es un nido de gente indecente, que son todos iguales, que se amparan entre ellos. Hacen lo que ellos quieren, pero sobre todo es una sensación de impotencia de ¿ahora qué hago, cómo hacemos ante eso?”. 

Hinchas indignados

Para Humberto ‘Peluche’  Álvarez, miembro de las barras del Cúcuta Deportivo ASOBAC, la Dimayor les dio un ‘golpe duro y bajo’, que no le importó la ciudad por salvaguardar otros intereses.

“Esto (del Cúcuta) es como perder un  miembro de la familia, perder a alguien que le enseñaron amar desde pequeño y para toda la vida, entonces se siente impotencia (…) Son 50 años de seguir, apoyar, acompañar al ‘Doblemente glorioso’ en las buenas y en las malas por todos los estadios del país a pie, como muchos lo han hecho o en bus,  duele en el alma”, expresó.

‘Peluche’ reiteró que sin duda ese sentimiento y amor por el equipo que nació hace 96 años y que por muchos años compitió en los torneos de la Dimayor tiene afligida a la afición. “Esto nos traumatiza a todos los hinchas por un individuo que le hizo mucho daño a la ciudad. Hay un grupo de hinchas de las barras y cucuteños que viven en Bogotá que tienen previsto hacer un plantón en la sede de la Dimayor y estamos mirando cómo ayudarles para que viajen”.

Álvarez remarcó que los cucuteños deben ‘pellizcarse’, porque esto se maneja “es con plata, hablar con la Superintendencia y el gerente liquidador, conformar una comisión que esté el alcalde, el gobernador y empresarios. No se puede permitir que una historia de 96 años se acabe de la noche a la mañana”.

Para concluir apuntó que había que luchar hasta lo último o de lo contrario empezar de cero “montar otro nuevo proyecto si la Dimayor lo permite”.