El 2006 es quizás el año más glorioso en la historia del Cúcuta Deportivo. Tras nueve temporadas en la Segunda División, regresó a Primera de la mano del técnico Álvaro de Jesús Gómez y luego fue campeón con Jorge Luis Pinto. 

Ese épico año para los hinchas rojinegros inició, en primera medida, con la idea de no volver a ese infierno que algunos llaman la B. Pero en esos 12 meses el Cúcuta Deportivo fue el David que venció a varios Goliat. 

En ese camino pedregoso a la gloria, dos futuros técnicos mundialistas se enfrentaron en el General Santander que para la época estaba siendo remodelado. 

Pinto con Costa Rica en Brasil 2014 (llevándolo a cuartos de final) y Ricardo ‘El Tigre’ Gareca con Perú en Rusia 2018 (clasificando a la selección inca luego de 36 años), chocaron el 7 de mayo del 2006 por la fecha 15 de la Liga Apertura en una victoria 2-1 del Cúcuta Deportivo propinada a Independiente Santa Fe. 

Gareca tuvo como asistente técnico a Sergio ‘El Bocha’ Santín, mientras que Pinto a Germán ‘El Burrito’ González’. Santín es recordado en Cúcuta por su paso como jugador en la época de los 80 y como director técnico en 1996, consiguiendo el ascenso tras descender el año anterior.

El presente del rojinegro era esplendoroso antes de llegar a ese partido: 29 puntos de 42 posible y una prematura clasificación a las finales. Por su parte, los Cardenales se hundían en los últimos puestos con 13 unidades. Además ya habían relevado a Germán ‘Basilisco’ González como técnico.  

Sobre las 3:30 de la tarde de un domingo, hora y día amados por los futboleros cucuteños, rodó la pelota blanca con rayas naranjas. 

Cúcuta vistió con camisa a rayas verticales rojas y negras, pantaloneta negra y medias rojas fabricadas por una marca local. Mientras que Santa Fe saltó al terreno de juego totalmente de blanco.  

Los motilones formaron con así: W. Valencia, B. García, W. Moreno, J. Romaña, J. Ragua; C. Castro, L. Herny, R. Bobadilla, R. Saraz, M. Torres; J. Asprilla y J. Díaz. 

Los once cardenales de Gareca que saltaron a la cancha: N. Martínez, J. Suárez, P. Pachón, F. Najera, F. Delgado; G. Gómez, D. Ortíz, D. Montoy, J. Largacha; L. Yáñez y M. Gómez. 

En el primer tiempo, Neco Martínez, portero del rojo capitalino, fue figura tras sacar por lo menos tres opciones claras de gol generadas por Rodrigo Saraz y Jorge Díaz. 

Los goles llegaron en la segunda mitad y fueron conseguidos por el volante Lin Carlos Henry al minuto 47 luego de eludir a dos defensores y disparar un remate incontenible para Neco, y el delantero ‘La Babilla’ Díaz al 66 tras un derechazo cruzado al palo derecho del portero rival en el arco norte. En ese campeonato, Díaz se llevó el botín de máximo anotador con 15 goles. 

Según registró La Opinión, 18.000 espectadores asistieron a ese encuentro que estuvo cargado de lluvia y convirtió la tarde en “fría y gris”. Tras esa victoria, el Cúcuta Deportivo alcanzaría el liderato del fútbol colombiano de manera provisional.

Sobre esa campaña, en la que el Cúcuta Deportivo llegó hasta cuadrangulares finales, segundo con 10 puntos, tres menos que el Deportivo Pasto, quien luego fue campeón, Pinto dijo que los resultados se dieron porque fue un equipo que aprendió. 

“A ese plantel, junto a los refuerzos del segundo semestre, lo defino como un equipo con trabajo y aprendizaje. Hay grupos que se cierran y no aprenden. Ese año hicimos un trabajo brillante en el primer semestre pero se nos fue el título a lo último”, afirmó el estratega santandereano.

Jorge Luis dijo que los refuerzos fueron claves en los buenos resultados obtenidos ese año. 

“Elegimos muy bien a nuestros refuerzos. En fútbol, en resultados, en puntos, en promedio y todo lo demás nos iba muy bien. Para el segundo semestre se nos fue el goleador Jorge Díaz, pero con la llegada de Robinson Zapata, Blas Pérez se consolidó el equipo para la consecución del título”, señaló.

Al preguntarle por los tres costeños (Macnelly Torres, Lin Carlos Henry y Roberto Peñaloza) que fueron fichados ese año por el Cúcuta, pero que no venían bien, Pinto dijo que fue clave el trabajo porque los potencializó. 

“Yo los conocía perfectamente. A Macnelly lo puse a debutar y no entiendo por qué lo habían abandonado. Sabía que los tres eran jugadores muy rendidores y así fue”.