Un aceptable desempeño deportivo en el 2019 dejó sensaciones positivas en la amplia hinchada rojinegra, ya que se pudo conservar la categoría y clasificar a las finales del segundo semestre.

Los buenos resultados en la cancha en el último torneo del año anterior no se pudieron revalidar en lo administrativo porque los jugadores denunciaron incumplimientos en los pagos (hecho habitual en el cuadro fronterizo), a tal punto que cerca del 90% de la plantilla de futbolistas y cuerpo técnico decidió buscar otro rumbo. 

Los incumplimientos trajeron como consecuencia que los rojinegros iniciaron el año con un llamado de atención del Ministerio del Deporte. 

Confirmaciones en falso 

Con solo seis jugadores del 2019 (Juan Chaverra, Christian Mina, Jefferson Solano, Diego Sánchez, José Pérez y Yeison Carabalí) y un grupo cargado de juveniles, el club emprendió su pretemporada en Bogotá y la búsqueda de profesionales para integrar la plantilla. 

Lo primero que anunció el equipo fue la contratación de Jairo ‘El Viejo’ Patiño como nuevo director técnico, acompañado de Armando Vargas quien le sirvió como asistente, y a Nelson Parada como nuevo gerente deportivo.

Poco a poco el Cúcuta empezó a oficializar sus 19 contrataciones, pero, con extrañes, tres jugadores que el equipo confirmó y mostró fotografías firmando contrato, terminaron yéndose días después. 

Se trató de los venezolanos Roberto Chacón (defensa) y José Reyes (delantero), y el lateral colombiano David Cuperman. 

Esas salidas revivieron las denuncias que hicieron Carmelo Valencia y David Achucarro, quienes dejaron entrever que en el conjunto rojinegro se ofrecía una doble contratación, siendo esta una de las posibles razones de la salida de los tres jugadores. 

El plantel estuvo 20 días en Bogotá haciendo pretemporada, en la que pudo enfrentar a Fortaleza y a El Nacional de Ecuador. 

Sincelejo sonó como casa 

En medio de la pretemporada y a puertas de iniciar la Liga Apertura, el Cúcuta Deportivo aún no había arreglado el arriendo del estadio General Santander y alegaba que no había disposición por parte de la nueva administración municipal para que el equipo jugara en la ciudad. 

La razón del rifirrafe entre Alcaldía y club, se fundamentaba en la deuda que el equipo de José Augusto Cadena tiene con el Instituto Municipal de Recreación y Deportes (IMRD). El ente administrador pedía que se establecieran estrategias de pago antes del 20 de enero, fecha en la que los rojinegros se presentaron ante la Supersociedades por incumplimientos en sus proceso de reorganización. 

En medio de los desacuerdos, el club dio a conocer que la capital de Sucre, Sincelejo, se ofreció para ser casa del rojinegro. Igualmente Zipaquirá, que en un semestre de 2017 fue hogar de los motilones. 

La novela terminaría el 17 de enero cuando se firmó el contrato de arriendo solamente por los tres primeros partidos de local por el bajo costo de 18.430.000 pesos. 

La era de ‘El Viejo’ 

Con un convulsionado panorama extradeportivo, el estratega Jairo ‘El Viejo’ Patiño solo pudo estar un mes y 12 días, tiempo en el que pudo dirigir al rojinegro en cinco encuentros obteniendo un rendimiento del 20%. 

Su debut fue el 26 de enero antes Patriotas en Tunja, partido que empató a un gol, que por sus dirigidos fue anotado por Christian Mina. Seguido empató nuevamente a uno contra Millonarios y acumuló dos derrotas seguidas contra Pereira y Alianza Petrolera. Ambas, 2-0. Su último juego fue por la quinta fecha ante Deportivo Pasto, igualando a ceros. 

En su breve paso, Patiño empató tres y perdió dos encuentros. Recibió seis goles y anotó dos. 

Su salida fue anunciada el 17 de febrero, día en el que también se oficializó la llegada del uruguayo Jorge Artigas. 

Un nuevo plazo 

Luego de que la audiencia del 20 de enero fuera aplazada buscando que el Cúcuta Deportivo lograra acuerdos de pago con sus acreedores, la audiencia se reanudaría el 24 de febrero. 

Los acuerdos nunca llegaron y un día antes, Jairo Yáñez, alcalde de Cúcuta, planteó en rueda de prensa que si el equipo era liquidado, entre todos se compraran las acciones del club creando una fiducia para convertir al Cúcuta Deportivo en una marca con visión verdaderamente empresarial.

Esta declaración caldeó lo ánimos previo al encuentro, al que por supuesto asistieron Yáñez y Cadena. 

En ese momento, la deuda del club con el municipio y el Instituto ascendía a los 1.063 millones de pesos. 

Como si fuera un as bajo la manga, Cadena llegó a la audiencia acompañado por Jorge Enrique Vélez, presidente de la Dimayor, quien se ofreció como garante de unos pagos que se iban a efectuar la primera semana de abril gracias a los dineros (que nunca llegaron) del contrato de televisión internacional del Fútbol Profesional Colombiano. 

Con este garante, que a finales de mayo le afirmó al Imrd que los pagos eran única y exclusivamente responsabilidad del Cúcuta, la Supersociedades dio como plazo el 20 de abril, día en el que se reanudaría la audiencia que a causa de la pandemia no se ejecutó. 

En la actualidad, la deuda con el Imrd asciende a 910 millones de pesos. Este Instituto le ofreció el 27 de mayo tres medidas de pago, pero el equipo guardó respuesta.

Declaraciones picantes 

Terminada la audiencia, Cadena declaró que “donde a uno no lo quieren, no puede continuar” amenazando nuevamente con llevarse el equipo, complementando que el contrato de arrendamiento del estadio por los tres partidos ya se había cumplido. 

A esa declaración se le sumó un audio publicado por este medio en el que el presidente del conjunto motilón afirmaba que “yo no vuelvo a hacer más promociones de 3x1, se han vendido 11 millones de pesos, es una porquería de plaza, la verdad. Lo que tengo que armar es un equipo Sub-20, bien barato. A ellos (los hinchas) tampoco les interesa el club, no les interesa nada; entonces, tampoco me va interesar lo que ellos piensen. No vuelvo a hacer una promoción de esa mierda”.

Estas ofensivas palabras despertaron una ola de indignación en la ciudad y hasta en personajes del fútbol.

José Luis Pinto, único técnico campeón de primera división con el Cúcuta Deportivo, se refirió en su momento diciendo que “José (Cadena) perdió la cabeza, perdió el horizonte. Está actuando mal y eso no se le puede decir a una ciudad y afición que le abrió las puertas y lo recibió bien”. 

Las amenazas de llevarse al equipo quedaron en el aire porque se logró un acuerdo para que el equipo jugara el primer semestre en la ciudad. 

Día del Hincha Rojinegro 

Tras la declaración de Cadena, un grupo de hinchas decidió crear un movimiento en redes sociales para que la fanaticada motilona no entrara al Clásico del Oriente por la fecha 7, y se manifestara en la Plaza de Banderas. 

Y así fue. La afición se manifestó con carteles que incluían la frase ‘El sentimiento del hincha no se negocia #FueraCadena’ y contó con la participación del exjugador e ídolo Blas Pérez, quien esa tarde mostró el escudo rojinegro tatuado en su piel. 

El mismo movimiento declaró el primero de marzo como el ‘Día del hincha rojinegro’. 

La era Artigas  

El uruguayo Jorge Artigas llegó a la ciudad con el asistente Pablo Fuentes y el preparador físico Ignacio Rama. 

Artigas solo ha dirigido tres encuentros en los que predominó el uso de juveniles en la formación titular. 

El primer encuentro fue contra La Equidad en la fecha 6, perdiéndolo 4-1. Juan Pablo Marín anotó el único gol. Luego perdió el clásico contra Bucaramanga 1-0 y ganó en la fecha 8 a Jaguares 3-0 con doblete de Michell Ramos y un tanto de Agustín Vuletich. 

A la fecha, antes de la cancelación por la pandemia, el Cúcuta se ubicaba en la posición 18 con seis unidades. Por ahora está a la espera de la confirmación del formato de reanudación de la Liga. 

Dos bajas y un refuerzo

El mes pasado, el club anunció que Christian Mina y Yeison Carabalí se desvincularían a causa del vencimiento de su préstamo y volverían al Deportes Quindío, dueño de sus pases. 

Cadena anunció el martes pasado que el delantero Jhonatan Agudelo, quien estuvo de préstamo seis meses en Gimnasia y Esgrima de La Plata, volverá al club para el segundo semestre.