Recuperar el reconocimiento deportivo, la primera misión del liquidador.
Acosta Villaveces, ¡salve usted al rojinegro!
La ilusión de ver nuevamente al Cúcuta Deportivo compitiendo en el fútbol profesional colombiano parece apagada en la hinchada motilona. La desafiliación de la Dimayor el pasado 25 de noviembre fue como una estocada final a un rojinegro golpeado por una pésima administración que lo llevó a tener el reconocimiento deportivo suspendido y lo adentró al proceso de liquidación judicial.
Con un panorama oscuro, en el que se pareciera tener a la Dimayor favoreciendo al expresidente del club; Arturo Acosta Villaveces, el liquidador delegado por la Superintendencia de Sociedades, tiene la tarea de poner en marcha al que llaman el activo emocional más grande de la ciudad.
“Comprendo que este es un tema que genera angustia, preocupación e interés a toda la afición. No es un proceso fácil. Estamos ante una situación crítica de un paciente enfermo al que hemos hecho ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos”, comparó Acosta en rueda de prensa junto al alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez.
La entrada en el proceso de liquidación despertó un temor generalizado sobre un posible fin del motilón. “La liquidación no pretende que las empresas se deban acabar. Es suspender los contratos que están en curso para permitirle a la empresa tomar un aire”, dijo el liquidador.
Acosta fue enfático en que “todo el esfuerzo estará orientado en rescatar al Cúcuta Deportivo”.
El reconocimiento deportivo, la primera misión
El jurista afirmó que el primer paso para este rescate será recuperar el reconocimiento deportivo que fue suspendido por el Ministerio del Deporte, a razón del incumplimiento de pagos laborales, entre el 31 de diciembre del 2018 y el 31 de agosto del 2019.
“Recibí la llamada del ministro Ernesto Lucena preocupado por la situación del Cúcuta. Me reuní con su equipo y nos sentamos a mirar opciones que están sobre la mesa. Es un ministro que trabaja a buen ritmo. Espero que esta semana se presenten respuestas para tener el reconocimiento deportivo”, contó explicando que ese debe ser el primer paso para luego conversar con la Dimayor.
De igual modo aseguró que la cifra para recuperar este reconocimiento no es imposible de conseguir.
“La deuda con el Ministerio es de escasamente 105 millones de pesos. Eso no asusta a los empresarios cucuteños. Van a ser unos dineros fáciles de conseguir. No conozco la casa empresarial cucuteña pero me han llamado a decir: liquidador, ¿qué se necesita para salvar al club?”, confesó Acosta.
Asimismo expresó que su grupo de trabajo está en contacto todos los días con el Ministerio del Deporte trabajando intensamente. “Antes de navidad tenemos que tener solucionado el tema. Vamos a tratar de cerrar el año con el reconocimiento deportivo y acercarnos a la Dimayor para ver el terreno en el 2021. Con la Dimayor requiere una estrategia, saldré primero del tema del reconocimiento”.
Por el mismo camino, el alcalde Jairo Yáñez, aseguró que “la semana entrante tendremos un hilo conductor para buscar los recursos del Ministerio o la conciliación con ellos”.
¿La desafiliación?
El problema más grande que tiene el rojinegro es su desafiliación de la Dimayor. 31 de los 35 presidentes de los diferentes clubes afiliados tomaron la decisión. Con esto, el Cúcuta Deportivo no podrá competir en ninguna competencia profesional en Colombia.
“A la Dimayor no podemos mirarla como un enemigo. Tendremos que saber venderle al Cúcuta, con un gran activo que son los más de 30 mil aficionados. En el mundo empresarial, los hinchas son un mercado”, expresó añadiendo que quiere recuperar esa relación sana con la Dimayor, regente del fútbol profesional en el país.
Sobre su concepción acerca de la Dimayor a la que en la ciudad se le tilda de defensora de Cadena, dijo que tiene una buena impresión.
“Me parece que Fernando Jaramillo (presidente) es un buen señor. Siento que podemos tener un diálogo empresarial constructivo y no una guerra de egos. Esto no es entrar a ser conflictivos ni mucho menos”.
También expresó que en este momento se están construyendo puentes en los que se podrán presentar escenarios en los que se sentarán a discutir, conversar y negociar para cumplir el sueño de la ciudad de volver a jugar.
En la misma Asamblea que determinó la desafiliación, se acordó que el primer semestre del 2021 se jugaría con 19 equipos y que a mitad de año ascenderían dos.
“El plan B es llegar a la segunda división. Mi meta es llegar a la A. Quiero la A”, dijo Acosta frente a la categoría en la que regresaría el club.
Un objetivo claro nada fácil
Acosta fue claro en que espera entregar una industria que se puede recomponer.
“El momento es difícil. Estamos haciendo todo lo posible. Esto no es de la noche a la mañana. Tenemos que darle un espacio de tiempo. Le pido a la afición mucha, mucha paciencia”, dijo.
Por su discurso, lo denotado es su abierta intención de cumplir a los acreedores y dejar una empresa en marcha.
“Cuando me preguntan, ¿usted qué va a hacer con los activos? El tema es reactivar el club, apostarle a una futuro con buen flujo de caja para que los acreedores empiecen a recuperar sus acreencias. Requerimos un capital semilla que nos permita demostrar que somos cumplidos”, afirmó en referencia a la autorización de la Supersociedades que permitió desarrollar el objeto social.
“Al Cúcuta este año le fue muy mal, ¿pero salimos del mercado? No. Acá en Cúcuta nos haremos apreciar por la Dimayor. Lo que vale es el mercado y no nos debemos engañar. El mercado es de ustedes, de la ciudad. Eso no se vende”, sentenció.
Embargo y secuestro de bienes
Acosta Villaveces estuvo ayer adelantando el proceso de embargo y secuestro de las oficinas del club ubicadas en el barrio Caobos, en calidad de avalúo con miras al proceso de liquidación. Este procedimiento quedó estipulado en la resolución impartida por la Superintendencia de Sociedades, como efecto del artículo 50 de la Ley 1116.
El liquidador estuvo acompañado por su equipo, Oscar Montes, el director de Instituto Municipal para la Recreación y Deportes (IMRD) y las autoridades policiales. Edwin Del Castillo, quien también es acreedor del club, hizo también presencia en las oficinas
Algunos hinchas rojinegros se acercaron sin presentar altercados o inconvenientes ante el procedimiento.
“Fue un ejercicio de mirar que había en las oficinas. Había muchas cajas pero no claridad de la información. Es un trabajo que como liquidador me toca hacer”, aseguró Acosta.
De las oficinas, se espera encontrar documentación contable e información de los bienes del motilón.
En la audiencia de incumplimiento del 13 de agosto, los administradores anteriores ofrecieron unos lotes como parte de pago a los acreedores siendo estos rechazados. Con esta intervención se espera comprobar si efectivamente son propiedad del Cúcuta.
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