Sobre la caña de azúcar dice el doctor Tomas Preston: “Es el vegetal que en el planeta mejor interpreta la fotosíntesis y por unidad de área no existe planta que produzca más biomasa que ella”. Como por ´arte de magia´ la clorofila de la caña tan  solo con tomar del aire el C02 y mezclarle algo de agua y sol, obtiene la energía suficiente para alimentar y mover al mundo.   Tolera suelos pobres y todos los pisos térmicos, es resistente a las enfermedades, requiere muy poca fertilización química, sus hojas secas fijan nitrógeno al suelo y  entre más ´jecha´  más buena. Fresca entera,  su cogollo o en melote  la comen la vaca, el cerdo, la oveja, la cabra y  otras mil especies domésticas. En fin,  son tantas sus virtudes que aquella frasecita tan popular en el pasado “Al bagazo poco caso” deberá recomponerse por “Al bagazo mucho caso”, pues de él se obtiene, ya no solo papel,  sino alcohol carburante y/ o electricidad. 

Hago este recuento porque por estos días se discute mucho en El Gran Catatumbo (40 por ciento de la geografía departamental) la necesidad de diversificar la oferta agropecuaria para enfrentar con éxito los cultivos ilícitos. En ese sentido  allí hace 20 años el Plan Colombia enfrentó la situación y propuso dos grandes encadenamientos productivos; palma de aceite y cacao. Debo decir que se avanzó y  de este esfuerzo, hoy tenemos cerca de 35.000 has de palma, dos extractoras de aceite y cientos de familias beneficiadas, pero en cambio  muy pocas nuevas de  la otra ´chocolateada´ propuesta. Preocupa sobremanera  que las extensiones cultivadas en coca sigan siendo muy parecidas a las de comienzo de siglo y que a pesar de las bondades de la palma de aceite, ignoremos otros cultivos   como la caña de azúcar que además de  estar en el ADN laboral de nuestros campesinos,  es campeona en convertir agua y sol en energía.

En ese mismo sentido me ha agradado oír en foros y reuniones con comunidades vulnerables que es la ganadería  la alternativa más frecuentemente solicitada. Pues bien, eso es así y tiene que ver mucho con las destreza laboral  de nuestros campesinos que por cientos de años ha estado ligada a las hoy vituperadas vaquitas. No obstante, esta deberá reinventarse – me refiero a su paquete tecnológico -  si quiere seguir siendo una alternativa. La ganadería de hoy en El Catatumbo no dispone del potencial de hectáreas con que contaron los colonos en el pasado y el llevarla a cabo implica necesariamente hacerla viable en extensiones reducidas. Es allí donde la caña de azúcar debe jugar un papel indispensable, toda vez que en comparación con la carga animal que soporta una hectárea en pastoreo tradicional (máximo dos bovinos), la caña de azúcar permite el suplemento para cerca de 20 cabezas. Es tan versátil su uso que se le define como ´silo vivo´, toda vez que entre más madura, más concentración de energía almacena.

Pero no solo se concibe como elemento indispensable en cualquier encadenamiento ganadero (bovino, porcino, caprino u ovino), pues su transformación no requiere de importantes inversiones y hasta de manera comunitaria se pueden plantear trapiches destinados a  mieles, melazas o panela. De hecho, municipios de El Catatumbo como Convención y Ábrego tienen una fuerte tradición en esta materia. Por eso : Si quiere más ¡Que le piquen caña!

Miren que hasta se me olvidó mencionar otra virtud muy importante de tan noble planta. Me refiero al bolegancho, que tantas fiestas ha ayudado a amenizar – y tambien a acabar - en La Provincia.