La  innovación ha estado presente en la historia de la humanidad,  hasta el siglo XV los monjes eran las únicas fuentes escritas de peso en la sociedad, la monarquía y la iglesia decidían que información podrían acceder las personas, controlando el conocimiento   por 10 siglos. La llegada de la imprenta multiplicó la generación de textos, liberando y facilitando el acceso al conocimiento, se multiplicó el número de lectores y la alfabetización se disparó. Ha sido una de las más grandes innovaciones que transformó la sociedad, podríamos compararla con la llegada del internet en nuestra época.

Ahora acerquemos  el concepto de  innovación a nuestra cotidianidad, vamos a tomar la definición “Algo diferente que tiene Impacto” presentada por Scott Anthony en el libro negro de la innovación. Supongamos que decidimos a partir de hoy implementar como herramienta de comunicación un  grupo de WhatsApp en nuestra empresa o lugar de trabajo, eso es innovación a nivel empresarial, porque implementamos un nuevo canal de comunicación, con una nueva tecnología, reduciendo costos, disminuyendo tiempos, de manera rápida y efectiva, un pequeño cambio con un impacto importante. La innovación no se refiere exclusivamente a grandes cambios o descubrimientos exclusivos de  Apple, google o Bill Gates.  

Mientras la creatividad se refiere a la generación de nuevas ideas, la innovación esta orientada a la “implementación” (hacer que suceda) y  mejora de  la calidad de vida, razón por la cual está enfocada en el cliente o usuarios, y es una herramienta empleada por emprendedores, empresarios y países  para afrontar crisis o aprovechar oportunidades, Peter Drucker afirma: para  los empresarios la innovación es un mecanismo de supervivencia. Corea del Sur por ejemplo, pasó de ser  uno de los países más pobres del mundo hace 60 años a estar en el primer puesto en innovación por quinto año consecutivo, ahora el más educado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ( OCDE ),  primer país con mayor penetración de internet en la población, e indicadores económicos con un comportamiento notable. Gracias a la voluntad política, invirtieron grandes cantidades de dinero en investigación y educación, el gobierno creó instituciones y promulgó leyes que favorecieron e impulsaron el desarrollo tecnológ
ico,  obligó a las empresas extranjeras que tenían plantas en el país a transferir tecnología, es decir, enseñarles a los coreanos sus conocimientos. Otros casos como India, ahora con más de 100 lanzamientos espaciales entre las que se encuentra la sonda Mangalyaan, e Israel con el centro Technion uno de los institutos tecnológicos más importantes del mundo, participando en el logro de tres premios Nobel en Química, casos de  tres países que tuvieron un patrón en común para alcanzar estos resultados, la voluntad política.

La innovación nos permite tener otra perspectiva  en el crecimiento de los países, ahora que hacemos parte de la OCDE o “club de los países desarrollados”, en donde la inversión  realizada por los países miembros en  actividades  de Ciencia, tecnología e Innovación

(ACTI) corresponde en promedio al 2,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), Colombia ha logrado el 0,67 por ciento en el 2017. En investigación y desarrollo,  Colombia sólo destinó 0,29 por ciento del PIB, en Brasil es 1,28 por ciento, en México supera el 0,50 por ciento. Por otro lado Norte de Santander del  año 2014 al 2016 invirtió el 0,16 por ciento del  total invertido a nivel nacional en  Investigación y desarrollo,  lo que evidencia la importancia de incrementar  la inversión en ACTI por parte de  las entidades  públicas y privadas más importantes de la región, entre ellas  gobernación, alcaldías, instituciones de educación superior locales, entidades descentralizadas, el sector privado y otras entidades que deben impulsar estos procesos a nivel regional, además en  Norte de Santander sólo contamos con 4 Instituciones de Educación Superior con Personería Jurídica en la región, tres públicas y una  privada. 

Aunque con grandes retos, nuestro departamento ha venido mejorando en innovación, y lo podemos evidenciar con el Índice de Innovación Departamental (IDIC), diseñado con estándares establecidos por el Índice Global de Innovación, que mide 127 países a nivel mundial, donde Colombia ocupo el puesto 63, y nos ubicó en el puesto 20 entre 26 departamentos en el año  2015 y pasamos  al puesto 13 en la última edición del año 2017, mejorando 7 posiciones, siendo Norte de Santander el departamento que más escalo posiciones. 

Finalmente, una de las tareas más importantes a nivel regional, es optimizar los recursos o programas de innovación existentes y definir  nuevos recursos específicos de manera estructural en el presupuesto de  los planes de desarrollo departamentales, municipales e institucionales, que garanticen los recursos necesarios para las actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación. Pero lo anterior tendrá mayor impacto si empezamos a creer en las capacidades de nuestra gente y nuestras  empresas, debemos permitir el desarrollo de  procesos de aprendizaje a través de nuestras organizaciones sean públicas o privadas, facilitando la transferencia de conocimiento y tecnología hacia nuestro departamento, tenemos casos exitosos que demuestran que somos capaces de innovar, pero  debemos empezar por darnos la oportunidad de creer en lo nuestro.