Existen varios estudios que señalan las razones por las cuales unas ciudades crecen más que otras. Paul Krugman, premio Nobel de economía por medio de la teoría de la nueva geografía económica, explica el fenómeno de crecimiento de regiones a través de la formación de aglomeraciones económicas en diferentes espacios geográficos.

Este enfoque de desarrollo pretende explicar el impacto de las disparidades geográficas sobre las economías que allí se conforman. Por ejemplo, señalan como las ciudades se especializan en trabajos específicos, aglomerando actividades dentro de las cuales, comienzan a ser parte de un sistema económico mayor e interrelacionado con sus regiones vecinas. 

En Cúcuta, nuestro tejido empresarial esta representado en su gran mayoría por el sector del comercio, seguido por los servicios y en nivel menor la industria. De esta manera, la cultura comercial que nos representa y que nos implantó la dependencia con Venezuela años atrás, fomentó principalmente modelos de negocio de consumo interno. Según el último estudio de caracterización empresarial publicado por la Cámara de Comercio, casi el 90% de las ventas son a clientes regionales, y el restante lo ocupa el mercado nacional e internacional. 

Con esta pequeña radiografía podemos entender fácilmente como en la región se fue disparando el desempleo y la informalidad.  Una economía regional no puede sostenerse con empresas que se enfocan únicamente al mercado de consumo local, y si bien una frontera se fortalece con su vecino país, también puede ser un punto de quiebre que, en nuestro caso particular, limitó nuestro crecimiento empresarial. 

Estoy convencido que para superar la crisis económica actual, generar empleo y reducir la informalidad, debemos organizar lo que tenemos y no hemos sabido apreciar. Si damos una vuelta por la ciudad nos podemos encontrar con cientos de talleres satélites de calzado, textiles y otro tipo de productos. Estos pequeños negocios familiares están parados por la mecánica del consumo local que comentaba anteriormente, no obstante, son la masa crítica que podemos explotar para impulsar el desarrollo. 

Bajo la teoría de la nueva geografía económica, debemos exigir políticas públicas que se enfoquen en fomentar, fortalecer y agrupar actividades empresariales con dinámicas de cooperación. Estas personas que tienen sus máquinas y tienen el talento para hacer productos de calidad deben ser agremiadas y capacitadas. El Gobierno tiene una cantidad de programas que ofrecen capital semilla para los microempresarios, pero nosotros localmente debemos hacer una correcta caracterización de estos grupos y lograr la construcción de un modelo de negocio enfocado a penetrar mercados nacionales e internacionales. 

La crisis que nos tiene sofocados puede ser el nacimiento de una ciudad empresarial, aquella con una evolución de la cultura económica que hemos practicado durante años. Tenemos la capacidad, la mano de obra, el ingenio y la tenacidad, solo falta organizarnos un poco mejor y exigirles a nuestros dirigentes unas políticas públicas que nos ayuden a ser competitivos.