Dos fechas o conmemoraciones patrias, que denominamos como de la independencia de Colombia (antes Nueva Granada), pero entre cada una transcurrió un tiempo de 9 años, y diferente connotación.

El julio de 1810, fue el mes de las expresiones(-4 de julio en Pamplona y el 20 en Bogotá-Los “gritos”) o actos de culminación de una etapa de madurez de los criollos americanos, que conocieron sobre la Revolución Francesa, leyeron tratados como los de Roseau, Robespier, Diderot y demás filósofos y políticos europeos, comprendieron los ”Derechos del Ciudadano”, meditaron sobre la suerte de los dirigentes “comuneros” y el acallamiento a Nariño, analizaron la independencia de los Estados de América del Norte, mantuvieron “Tertulias Literarias (conspiretas), observaron la invasión de Napoleón a España, redactaron el “Memorial de Agravios” y en fin estaban estructurados y preparados para dar una vuelta a las relaciones colonialistas de España, se puede decir que fue como un “rebose de copa”, con ese estallido popular.

De 1810 a 1816, se constituyó la autonomía, que implicaba formas de gobierno, formándose dos conceptos o partidos: Centralismo y Federalismo; los primeros asentados en Bogotá y los segundos en Tunja, capital de las “Provincias Unidas”. Este precioso tiempo fue desperdiciado en feroces luchas internas, que los historiadores denominaron la época de la “Patria Boba”, cuando los dirigentes no visualizaron al enemigo común: la monarquía española.

A partir de 1815y 1816, sufrimos la `”Época del Terror” con la invasión de Pablo Morillo con sus entrenadas tropas españolas, ya sin la presión francesa, que avanzó desde Cartagena al interior dejando un camino desangre patriota; los dirigentes Centralistas y los Federalistas fueron ejecutados, su unión fue tardía se efectuó en el cielo.

Quienes alcanzaron a huir de la guadaña de Morillo se refugiaron en los llanos de Casanare donde el general Francisco de Paula Santander, reagrupó fuerzas, a las cuales se unieron las del Libertador Bolívar para el duro ascenso al altiplano Cundiboyacense y librar la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, que nos liberó solo faltando las regiones de Pasto y Santa Marta. Esa fue ya la verdadera independencia, después de 9 años de lucha.

Enseñanza: al repasar la historia, podemos aprender sobre la importancia de unir esfuerzos, en nuestro caso contra los enemigos comunes, como los virus, la corrupción, el desempleo, así como todo lo que implica un plan contra el subdesarrollo para lograr una “Región competitiva” y que no se nos tilde de “bobos”. Está en nuestras manos. La historia nos enseña.