Todos los cucuteños vieron en vivo y directo, otros como yo a lo lejos, por las redes, al recién posesionado alcalde Jairo Yáñez, barriendo la sede del Gobierno Municipal, la que será su casa durante los cuatro años del período para el que fue elegido.

Coloquial o popularmente cuando estrenamos casa se dice que antes de ocuparla es bueno barrerla toda, hacerle un aseo profundo, limpiar, sacudir, lavar, desinfectar, en fin, que no queden rasgos o energías negativas de los anteriores ocupantes.  Por ese acto hay que felicitar al Alcalde. Puso en evidencia su decisión de desalojar las malas energías y al mismo tiempo que su administración estará libre de corrupción, politiquería y clientelismo.

Cansados de esas malas prácticas más de 110.000 electores le dieron al nuevo alcalde su voto de confianza. Fue la expresión del deseo ciudadano de que cambie el manejo del municipio con políticas que acierten en la solución de tantos problemas.

Somos realistas y sabemos que no podemos exigir soluciones inmediatas a tan alto índice de desempleo, desorden e inseguridad en que se encuentra nuestra amada ciudad. Pero, si deseamos que lo más pronto posible se inicie el cambio. El Alcalde y su equipo de colaboradores entenderán que se trata de superar los malos manejos que han predominado, a fin de elevar el sentido de pertenencia que nos ponga en un rumbo de progreso en todos los aspectos. 

Además de barrer la sede de Gobierno, la ciudad necesita planes de choque inmediatos, soluciones reales al desempleo, al desorden y a los altos índices de inseguridad que estamos viviendo. 

Le auguramos lo mejor. El deseo común es que sea un alcalde justo con la ciudad que lo eligió; esa persona que actúa equilibradamente, otorgando lo que le corresponde a cada uno según el caso. 

La gestión oficial debe tomar en cuenta lo prioritario, que son, educación, la salud, la infraestructura vial, la seguridad, el medio ambiente y los derechos sociales. Una gestión articulada a la democracia y a la satisfacción de las necesidades esenciales.