Para el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, lo más favorable para la guerrilla del Eln en este momento es sentarse a dialogar con el Gobierno Nacional y llegar a un acuerdo de paz, antes de verse rodeados por el poder militar o quedar ante  una encrucijada, si se abre el proceso en medio de la próxima contienda presidencial.

“Si el Eln no hace la paz, queda muy débil ante un Estado muy fuerte”, afirmó, tras advertir que toda la fuerza pública que anteriormente se concentraba en las Farc, tendrá una mayor capacidad para enfrentar a los que quedan. 

En este sentido, recordó la política de seguridad del expresidente Álvaro Uribe, sin la cual, considera,  no se habría logrado que las Farc se sentaran a  negociar.

“Si el Estado no tuviera superioridad militar, no se hubiera podido sentar con las Farc. Hasta el mismo Timochenko admitió que sobrevivieron a un embate militar muy fuerte. Ellos saben que su entrada a negociar hizo parte de una estrategia militar de la seguridad democrática”, dijo.

Sin embargo, fue la estrategia militar la que, según diversos sectores sociales de regiones como el Catatumbo, dejó campesinos desplazados y muertos inocentes, pero para Lizcano esta debe dejar de ser una preocupación.

“Creo que las fuerzas militares de Colombia son muy respetuosas de los derechos humanos, son muy profesionales, y han evolucionado enormemente”, manifestó.

Aunque los procesos con cada guerrilla implicarán protocolos y estrategias distintas, así como resultados diferentes, el congresista considera que hay aspectos que podrían quedar superados con más facilidad.

“El diálogo con las Farc va a servir porque tenemos una nueva forma de hacer las cosas, con una agenda y puntos importantísimos, como el de la justicia transicional”, comentó.

Dijo que este es un diseño que funciona bien y cumple los estándares del Estatuto de Roma y de la Corte Penal Internacional.

“En temas de justicia uno no creería que haya que hacer algo adicional, así como en participación política”, enfatizó.

Preocupación por el tiempo

Si bien, el senador Mauricio Lizcano sabe que el camino está abierto en el país para un diálogo con el Eln, cree que existe una preocupación y es el tiempo para que esas conversaciones inicien, el cual, considera, debe ser pronto.

“Estamos a dos años de elecciones presidenciales y lo que no se acuerde en un año será complejo. Tener elecciones con un proceso de paz abierto es un riesgo para la misma guerrilla, porque no sabe quién va a ganar, y para los candidatos. Creo que hay que agilizar”, planteó.

Y la frontera de paz...

La frontera nortesantandereana tiene varios retos para alcanzar la ‘paz sostenible’, especialmente por la presencia del Eln, el Epl y las bandas criminales.

Sin embargo, para el presidente del Congreso, Mauricio Lizcano, la paz en esta región tendría favorabilidad por la influencia del gobierno venezolano en las relaciones con el Ejército de Liberación Nacional.

No obstante, esta no será la única opción, pues con la firma de la paz también deberá llegar una nueva institucionalidad a la frontera.

“Una de las cosas que debemos hacer, a raíz del conflicto, es concentrar a las fuerzas militares en las fronteras. En el mundo los ejércitos se ocupan de resguardar la soberanía y las fronteras, y en Colombia casi todo el enfoque era el conflicto interno”, considera Lizcano.

Por ello, sugirió que Colombia debe hacer un nuevo plan estratégico para resguardar estas regiones, establecer estrategias más contundentes en materia económica, social y militar en el Catatumbo, y definir, incluso, nuevas leyes para tener un desarrollo definitivo.

“Se puede firmar la paz hasta con el Eln, pero si sigue la coca y la gasolina de contrabando, para cualquier grupo al margen de la ley es apetecible estar ahí”, dijo.

La Opinión