El presidente de la República, Juan Manuel Santos, posesionó este lunes a 30 de los 38 magistrados de la Justicia Especial de Paz (JEP), a quienes les pidió que sus fallos estén fundamentados en dar a las víctimas la verdad de lo que pasó.

A la par Santos reiteró su defensa respecto de la institucionalidad de los acuerdos de paz a pesar de que -dijo- “sectores políticos los quieren desconocer”. 

Aunque son 38 los magistrados que componen esta justicia, seis no asumieron por razones diversas. Unos afirmaron tener razones personales y laborales y otros prefirieron esperar el fallo de la Corte Constitucional relacionado con la legalidad de la Justicia Especial de Paz (JEP). Este último es precisamente el caso del exministro de Justicia y asesor del proceso de paz, Yesid Reyes.

A Reyes se suman los nombres el exmagistrado de la Corte Constitucional Eduardo Cifuentes, el exconsejero de Estado Danilo Rojas, el penalista Iván González, el magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, Mauricio García; la magistrada del Tribunal de Justicia y Paz de Barranquilla, Zoraida Chalela Romano; y el magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, Jesús Angel Bobadilla. Otro de los funcionarios que fue posesionado fue el director de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP.

En el acto, que se cumplió en la Casa de Nariño, Santos sostuvo que “las víctimas quieren más la verdad, que ver a sus victimarios tras las rejas. A las víctimas les sirve más la reparación que la venganza. Por eso lo que busca este sistema, antes que nada, es que los responsables digan la verdad, toda la verdad y que ayuden a reparar a sus víctimas”. 

Santos recordó que estos magistrados serán quienes impartirán la justicia a quienes cometieron crímenes que no pueden ser objeto de amnistía. “… ustedes, magistradas y magistrados, son los llamados a ayudarnos a consolidar la paz a través de un sistema de justicia transicional que es objeto de análisis y de expectativa en el mundo entero”. 

El mandatario planteó que la JEP juzgará y sancionará conductas cometidas con ocasión o en relación con el conflicto armado, no solo de guerrilleros o de agentes del Estado, sino también de civiles que se sometan a ella y hayan tenido participación activa o determinante en los crímenes más graves. 

“Al final de un conflicto se suelen conceder amnistías e indultos, como lo hemos hecho varias veces en nuestro país y lo hemos hecho también en el proceso con las FARC. Pero hay crímenes tan graves que ni la ley, ni nuestra conciencia permiten amnistiar”, declaró. 

“Los graves crímenes de guerra, el genocidio y –en general– las graves violaciones a los derechos humanos y las graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Todos estos delitos serán juzgados y sancionados por la nueva jurisdicción”, sostuvo Santos y aclaró que justicia transicional es diferente de la justicia ordinaria.

“No compiten entre ellas. Se complementan. La ordinaria, como su nombre lo indica, es la de la normalidad, la de todos los días, la que rige y opera en una sociedad estable y organizada. La transicional, por el contrario, es una justicia para superar un conflicto, que no es permanente, que es instrumental, pues sirve para superar enfrentamientos severos y graves de las sociedades”. 

Para Santos la labor de los magistrados arranca en plena campaña electoral lo que “resalta la importante labor que habrán de tener porque, quiérase o no, los acuerdos de paz y específicamente la Jurisdicción Especial para la Paz, seguirán siendo objeto de debate al interior de nuestra sociedad, un debate de alguna manera inane, en la medida en que los acuerdos ya no tienen vuelta atrás, a pesar de que algunos políticos quieran lo contrario”. 

Y les insistió en que de “la forma como ustedes desarrollen sus funciones darán la mayor legitimación a todo lo que Colombia ha construido”. 

El mandatario volvió a defender el mecanismo de escogencia de los magistrados, pese a que el mismo ha sido cuestionado por muchos sectores. “El resultado de este procedimiento transparente son ustedes, señoras y señores magistrados, juristas todos de altísimas calidades, que vienen de la academia, de la rama judicial, de la justicia penal militar, de las organizaciones defensoras de derechos humanos, de diversos ámbitos de la práctica jurídica”. 

Indicó que será una corte plural como el país, “sabemos que en sus decisiones primarán –como debe ser– la verdad y la justicia, y que sus fallos se ajustarán a las evidencias”. 

Y concluyó Santos expresando que “Colombia necesita que sus víctimas sean reparadas para que se cierre al fin el ciclo del dolor y podamos renacer a un nuevo día. Y todas estas tareas, apreciados magistrados, dependen en gran medida de ustedes: de su labor profesional; de su compromiso; de su trabajo recto, patriótico y certero”.