Los 51 días que permanecieron en huelga más de 600 pilotos de Avianca agremiados en la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac), convirtieron este cese de actividades en el más prolongado de la industria aérea comercial en todo el mundo.

Sin duda, se trata de un hecho visible que marcará un antes y un después para el servicio de transporte aéreo que, en el caso colombiano, es considerado por ley como un servicio público esencial, argumento en que se basó el Tribunal Superior de Bogotá para declarar en primera instancia la ilegalidad de la huelga.

Ahora esta condición -la legalidad del cese de actividades- está en manos de la Corte Suprema de Justicia, que fallará la semana entrante, decisión que servirá a la empresa de Germán Efromovich, presidente de la Junta Directiva de Avianca, para tomar decisiones de fondo que pueden llegar, incluso, al despido de todos los pilotos huelguistas.

Pero esta crisis que ya comienza a solucionarse dejó muchos más perdedores que ganadores y prueba de ello es que así lo admiten las partes.

De un lado, los principales perdedores fueron los usuarios, pues cerca de 500 mil pasajeros tuvieron que sufrir las incomodidades del paro y la frustración de no llegar a sus destinos, en viajes planeados muchas veces con meses y meses de anticipación.

Pero también perdieron los pasajeros que a cualquier costo -y eso es literal- pagaron altísimos precios para poder cumplir sus compromisos. De hecho, autoridades como el Ministerio de Transporte y la Aeronáutica Civil investigan casos en los que las aerolíneas cobraron hasta 3 millones de pesos por un trayecto Bogotá-Cartagena-Bogotá (una hora de vuelo); 1,8 millones por Cali-Pasto-Cali (30 minutos) o 1,5 millones por Bogotá-Popayán-Bogotá (45 minutos).

También hicieron su aporte al balance de pérdidas el sector hotelero y de turismo, que en estos 51 días de paro en Avianca reportan un descalabro cercano a los 15 mil millones de pesos, según Cotelco. Y eso sin contar con las pérdidas de la economía informal como taxistas, pequeños restaurantes, tiendas de souvenires, etc.

Y de fondo, perdió la industria del transporte aéreo colombiano, pues quedó demostrado que la operatividad de este sector en el país depende de Avianca, que aunque es una de las empresas más antigua del mundo y una de las más grandes en Colombia, no es la única.

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• ACDAC, el gran perdedor

La empresa de Efromovich también perdió, y mucho. El empresario le dijo a COLPRENSA que solo hasta mediados de diciembre, una vez se hagan todos los cálculos, se conocerá en realidad cuánto perdió la empresa con este paro de pilotos.

No obstante, es fácil aproximarse, pues al comienzo del cese Avianca reconoció que por cada día de paro la compañía perdía dos millones de dólares.

“La empresa tuvo una pequeña desaceleración, tuvo que reajustar sus planes de negocio, en vez de 100 % estamos volando al 85 %-90 %, tuvimos que replantear rutas e itinerarios, etc.”, dijo Efromovich.

Pero quizás quién más perdió fue Acdac, por varias razones: La primera, su imagen de sindicato infranqueable se vio vulnerada por fuerza de circunstancias, pues los más de 500 pilotos en huelga llevaban ya dos meses sin recibir salario y ahora se verán expuestos a los procesos disciplinarios de la compañía y a las sanciones que esta considere.

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Más aún, si la Corte Suprema de Justicia declara ilegal la huelga, la compañía tendrá carta blanca para proceder como considere.

Incluso, ya se habla de la salida de la Presidencia de Acdac del capitán Jaime Hernández, quien lleva más de siete años en el cargo.

De hecho, él mismo reconoció en sus primeras declaraciones, tras el levantamiento del paro, que “no vale la pena continuar en esta huelga que solo ha servido para que Avianca les cobre tres y cuatro veces más caros los pasajes a nuestros viajeros”.

Pero también quedó mal parada la ministra de Trabajo, Griselda Janeth Restrepo, quien pese a su interés no logró encontrar fórmulas de solución aceptables por las partes. Tanto así que los pilotos le rechazaron dos veces el Tribunal de Arbitramento y aún hoy se niegan a reconocer esta instancia legal.

“Yo estoy tranquila porque está en marcha el Tribunal de Arbitramento, porque les hablé con claridad a los pilotos. Soy consciente de que la responsabilidad del Estado es proteger los derechos de todos los trabajadores colombianos, y si la responsabilidad de la Ministra es por haber convocado este Tribunal de Arbitramento, lo volvería a hacer porque el servicio público esencial es un derecho de todos los colombianos consagrado en la Ley, y mi responsabilidad es hacer cumplir las leyes”, dijo la funcionaria.

Tampoco se salvó en esta debacle el sindicalismo colombiano, pues aunque la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) respaldó la gesta de los pilotos, su solidaridad no fue suficiente para evitar el fracaso del paro.

• Los ganadores

Sin duda, el gran ganador de esta batalla de pulsos fue el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, que logró después de varias reuniones a las que nunca asistió Avianca que los pilotos desistieran de continuar en el cese de actividades.

“Solo la intervención de la Defensoría del Pueblo brinda a los pilotos el respaldo y las garantías a las que la empresa no ha estado dispuesta”, afirmó el capitán Hernández.

En el propio Acuerdo suscrito por la Defensoría y los pilotos se advierte: “Acdac y los aviadores civiles sindicalizados, como consecuencia de la intervención del Defensor del Pueblo...han decidido suspender el cese de actividades, reanudar operaciones aéreas 72 horas después de la firma de este documento y así normalizar sus actividades laborales”.

Negret, a su vez, dijo: “En este caso tratamos de proteger a los ciudadanos, porque el transporta aéreo es fundamental para la economía del país. Estaremos prestos a cualquier solicitud de cualquier ciudadano o sindicato, porque no representamos a ningún sector, sino que representamos y defendemos los derechos de todos los colombianos”, señaló el funcionario.

Efromovich, entre tanto, en un acto de modestia le dijo a Colprensa que “no me siento ganador”, pero logró imponer su vocación de negociador duro. “Aquí no hay ganadores, todos perdimos, realmente el único ganador, que no es de carne y hueso, es el Estado colombiano de Derecho, porque se demostró que aquí hay ley, hay Constitución”.

También ganó el presidente de la Cámara de Representantes, el polémico Rodrigo Lara, quien facilitó un debate en la plenaria para debatir la situación de los pilotos y el transporte aéreo colombiano.

Del lado triunfador del paro de Acdac también se ubican miles de empleados de Avianca, a quienes Efromovich reconoció por “destinar parte de su tiempo fuera del horario laboral para ayudar en todos los aeropuertos del país a brindarles solución a los viajeros afectados”.

En el propio comunicado de la empresa divulgado este viernes, el CEO de la compañía, Hernán Rincón, dice: “Nuestro reconocimiento a los más de 21 mil empleados que en medio de esta coyuntura intensificaron sus esfuerzos, ratificando su compromiso con los clientes y con la aerolínea, y muy especialmente a los pilotos que en forma dedicada continuaron volando, permitiendo con ello la permanencia de un servicio público esencial.”

Así las cosas, son muchas las lecciones que deja esta huelga y varios los retos que quedan pendientes, como la modificación legal de algunas normas para evitar que por cuenta de un paro se afecte todo un país.