Una llamada anónima en la que le exigían un pago de 500 mil pesos fue el inicio de las amenazas que comenzó a recibir el sacerdote de la parroquia del corregimiento de Cuturú, corregimiento de Caucasia, en el Bajo Cauca antioqueño. 

El párroco, quien por seguridad pide la reserva de su nombre, contó que también fue amenazado de muerte por un grupo anónimo que le contactó telefónicamente: “Debía darles 500 mil pesos. Dieron un tiempo de media hora y, de no cumplir con el pago, me dijeron que iban a poner una granada en la iglesia”, agregó. 

Para proteger su vida, la Diócesis de Santa Rosa de Osos ordenó la salida del sacerdote del municipio de Caucasia mientras avanzan las investigaciones. 

En un comunicado, Jorge Alberto Ossa Soto, obispo de Santa Rosa de Osos, lamentó las amenazas que recibió el sacerdote y afirmó que “los asesinatos y el cobro de vacunas tienen a la población asfixiada por el miedo y el dolor”. Añadió que “lamentablemente la parroquia de Cuturú quedará sin la presencia de su pastor hasta tanto se den garantías de respeto a su vida”. 

El sacerdote manifestó que, en sus cinco años de trabajo en la parroquia de Cuturú, nunca antes había sido amenazado. 

“La comunidad está muy triste por la salida y lamenta lo que está pasando. Aún no hay seguridad ni certeza de cuál es el grupo que realizó las amenazas”, dijo. 

Añadió que la comunidad está a la espera, pero que no regresará hasta que no se clarifiquen los hechos. 

El obispo Ossa Soto puntualizó en que la iglesia católica jamás aportará dinero a ningún grupo promotor de violencia y al margen de la Ley.