Los familiares de Luz Adriana Arango Zapata, la mujer que murió luego de ser embestida por un caballo desbocado en las ferias de Candelaria, el pasado 11 de febrero, reclaman justicia y que su muerte no quede en la impunidad.

Según cuenta su hija, Jessica Salgado Arango, su madre, una joven comerciante de 39 años que vivía en el municipio de Palmira, decidió ir con su novio, su hijo y una hermana a dar una vuelta por el pabellón de exposiciones.

No habían pasado veinte minutos de estar en el lugar cuando Luz Adriana dijo que tenía hambre y se fue a un puesto de comidas, ubicado sobre la carrera 5 con calle 5, esquina. Su hijo la acompañó. Eran aproximadamente las 11:30 de la noche.

De repente, dice Jessica, una señora gritó “cuidado con el caballo” y cuando la gente reaccionó vieron como el animal lanzó por los aires a Luz Adriana que cayó cinco metros más adelante sobre el pavimento.

Lo peor, asegura la joven, es que allí donde estaban las casetas, el coliseo y el pabellón de exposiciones, no había nadie de logística, ni una ambulancia y ni siquiera un policía.

“Ella tuvo que ser llevada en un taxi al hospital local de Candelaria, en ese momento aparecieron unos uniformados y el novio de ella les dijo que había un caballo desbocado y que le pusieran cuidado porque ya había golpeado a mi madre. Ellos se fueron supuestamente a perseguir el animal”, sostuvo Jessica, quien anotó que debido a la demora para atenderla en Candelaria decidieron trasladarla a la clínica Palma Real, en Palmira.

Allí los médicos le hicieron un Tac y encontraron que el golpe lo había recibido en la cabeza. Debido a la gravedad de su estado fue ingresada en la UCI. 

El 14 de febrero, cuando la familia fue a Candelaria a poner el denuncio por el accidente, se dieron cuenta de que la policía no había hecho ningún reporte del caso. La respuesta que les dieron es que esos uniformados no eran de Candelaria sino que habían sido traídos de Cali para apoyar la seguridad de las fiestas.

Asimismo, aseguraron, los encargados de la organización y seguridad del certamen ferial tampoco les dieron la cara y solo en dos oportunidades, una por teléfono y otra por medio de una señora, preguntaron por el estado de salud de Luz Adriana, aunque les facilitaron una copia de la póliza de seguros.

“Solo tenemos los nombres de los organizadores y sabemos que trabajan en la Alcaldía de Candelaria, pero no tenemos claro cuál es el cargo de ellos. Pero todo eso está ahora en manos del abogado que lleva el caso”, indicó Jessica y agregó que no saben ni siquiera quién es el dueño del caballo.

Para el día 24 de febrero, y luego de luchar durante dos semanas por sobrevivir, finalmente se produjo el deceso de Luz Adriana, al parecer, por muerte cerebral.

“Nosotros sabemos que una demanda no resuelve nada y que no nos va a devolver a nuestra madre, pero queremos que se haga justicia, que su muerte no quede en la impunidad”. 

“Ella era el pilar de la casa, dejó solo a mi hermanito que apenas tiene 17 años y a mi abuelo. No es justo que pasen estas cosas y que no hicieron un reporte, no cubrieran ningún gasto en la clínica y ni siquiera fueron a verla”, sostuvo Jessica bastante dolida por la supuesta negligencia e indolencia de los organizadores del evento ferial.