La historia oficial dice que el Cartel de Medellín del capo Pablo Escobar fue el responsable de poner una bomba al avión HK-1803 de Avianca, que estalló a pocos minutos de su despegue desde Bogotá hacia Cali, dejando 107 personas muertas, el 27 de noviembre de 1989.

Una segunda versión, revelada esta semana por el periódico “El Espectador”, indica que podría haber sido un accidente por falla del avión, ante las serias dudas que deja la investigación inicial. Entre otras, el peritazgo del agente del FBI Richard Hahn, cuyos métodos fueron controvertidos después por otro agente: Fred Whitehurst.

Esta posibilidad, que causó evidente molestia en los familiares de las víctimas y sus representantes legales, dice que Hahn hizo afirmaciones sin esperar los resultados de las pruebas técnicas y excediendo su experticia. Además, que se podría haber afectado la cadena de custodia de las piezas procesales y que no había evidencias para descartar el uso de dinamita, explosivo que mencionó Carlos Alzate Urquijo, alias ‘El Arete’, uno de los miembros del Cartel de Medellín que se atribuyó el hecho.

De acuerdo con la investigación de ese medio, Walter Korsgaard, comisionado por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, determinó que las bombas de gasolina del ala derecha podrían haber originado la explosión y que en los dos meses previos, los pilotos habían reportado nueve fallas en ellas.

En entrevista con Colprensa, Federico Arellano, hijo del cantante Gerardo Arellano, quien falleció ese trágico día, cuestionó la versión de la reciente investigación periodística, señalando que le deja un sinsabor y muchas dudas. En su criterio, si se tratara de un accidente, no se hubiera declarado como crimen de lesa humanidad en 2009, ni se hubiera demandado al Estado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Arellano tiene una tercera hipótesis, que busca consolidar ante la Fiscalía, en donde luego de 27 años el caso sigue en investigación preliminar. Sin dar muchos detalles y a la espera de pruebas, el abogado reveló algunas pistas a Colprensa. Dice que la aeronave habría caído no por un accidente, ni por el atentado como ha sido contado, sino por una explosión provocada por un tercero. Habría otros responsables –dice— incluyendo a agentes del Estado.

¿Cuál es la versión oficial de este hecho?

La oficialidad, si se permite el término, de una versión, está dada por las pruebas que puedan tenerse a lo largo de un proceso. La versión oficial que está manejándose en la Fiscalía Octava de Derechos Humanos, que es donde reposa el proceso, es la de un atentado terrorista. Hay pruebas que así lo demuestran: están los dictámenes técnicos; peritazgos del FBI y de los expertos en explosivos de Colombia, y declaraciones de miembros del Cartel de Medellín, que se auto incriminan como partícipes, tanto en la confección del artefacto explosivo como en llevar a cabo el atentado, en asocio con los paramilitares Carlos y Fidel Castaño Gil.

Esa es la versión oficial porque es la que tienen las autoridades, es la que dio sustento para que lográramos en 2009 la declaratoria de lesa humanidad. Para que se declare así, evidentemente no puede tratarse de un accidente, ni de una falla humana o de una falla mecánica, tiene que tratarse de una conducta delictual que va contra las personas y contra la humanidad y dentro de esa declaratoria incluimos el homicidio de don Guillermo Cano, el tío de Fidel Cano (actual director de El Espectador), quien hoy ha salido a decir que la realidad de las cosas es otra.

¿Qué opina de esta nueva versión?

Genera un sinsabor gigantesco y una cantidad de dudas impresionantes, porque qué interés puede tener Fidel Cano en esto. Lo he dicho: si viví durante 27 años en el error salgo y lo reconozco, siempre y cuando haya pruebas, las valore el ente investigador y se demuestre. Lo asumo y tendría consecuencias de carácter jurídico, porque se retrotraerían todos los efectos jurídicos que hasta el momento hemos logrado.

Si no hubiera certeza de que se trató de un atentado terrorista, difícilmente lo hubiéramos logrado declarar de lesa humanidad, entrar en la Ley de Víctimas, demandar al Estado colombiano ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Accidente fue lo que pasó con el avión de los muchachos del equipo de fútbol Chapecoense; eso fue un accidente, pero lo otro fue un atentado terrorista.

Hay dos hechos. La autoincriminación que hace alias ‘Arete’ y la llamada que le hicieron entonces a “Caracol Radio” adjudicándose el atentado. ¿Estos hechos se logran controvertir en la nueva versión que se está presentando?

Pues tendrán que tener pruebas. En el derecho no funcionan las cosas como las está pretendiendo hacer el señor Fidel Cano; sin ánimo de una rencilla personal, porque lo admiro mucho y me parece un gran profesional. De hecho, es una persona tan seria y en un periódico tan serio, que por eso caben tantas dudas. ¿Cómo así que 27 años después dicen que tienen una verdad que van a entregar a cuenta gotas? Así no funciona el derecho, de pronto una campaña periodística de expectativa, pero en el derecho es con pruebas.

Ustedes dicen tener pruebas. ¿Cuáles son?

Si usted me dice que es un atentado terrorista, pues tiene que salir con el dictamen pericial y demostrarlo. Yo tengo esas pruebas, las pruebas técnicas del FBI con las que se establecen los restos de nitritos y nitratos en los pedazos internos de las paredes del fuselaje, como componentes necesarios para la manufactura de un artefacto explosivo. Ahí no cabría una falla humana.

Las publicaciones hablan del agente del FBI Fred Whitehurst, quien contrarresta la versión del investigador oficial, Richard Hahn. ¿Cómo valoran esta versión?

Acá no le hablo como víctima; aunque es difícil alejarse, porque evidentemente soy víctima. Le hablo como profesional del derecho. Lo valoramos con beneficio de inventario, esperando la valoración oficial del ente investigador, que será quien a la postre podrá dar una respuesta. Realmente se recibe con muchos interrogantes y genera suspicacias. Es como querer estrangular la historia de un momento a otro.

Se indica que hubo una revisión en el FBI de la investigación liderada por Hann. ¿Ustedes ya conocían eso?

Saldré a demostrar, dentro de la hipótesis nuestra, cuáles son los hechos y las pruebas con las que contamos. El señor Whitehurst, que es una persona seria, en el momento era el jefe de explosivos del FBI y determinó que ni siquiera eso había sido así, sino que se manejaría, con muchas pruebas y muchas posibilidades, una tercera hipótesis en este caso.

A él parece que la persona que estaba por encima de él, que –si no estoy mal— era Condolezza Rice (luego secretaria de Estado de los Estados Unidos), le dijo que tenía que decir que eso fue de tal forma y no de tal otra. Y el hombre, atendiendo a su ética personal, dijo que no iba a decir cosas que no eran ciertas, así le costara el puesto, porque estaba de por medio la tragedia de muchas familias. Tan así fue que lo despidieron y él creó una organización de personas que han trabajo para el Estado y que han querido ser manipuladas en la información que tenía que dar. Entonces, eso ya se había conocido, se venía oyendo y sobre eso tenemos información privilegiada que vamos a revelar.

¿Sobre qué? ¿Sobre los hallazgos de los explosivos?

Sí.

¿Estamos hablando de que era más fácil decir que era una bomba? O, ¿sobre qué son las pruebas?

Las pruebas las tenemos y en la etapa que corresponde las haremos valer.

Entiendo que hay cosas que no puede revelar, pero ¿son pruebas sobre que sí hubo explosivos?

Son pruebas sobre que hubo un explosivo, pero que no... (pausa) Prácticamente es una tercera hipótesis.

Tienen una tercera hipótesis. ¿No accidente, no atentado?

Exactamente.

¿Cuál sería la hipótesis?

Esa sería la chiva campeona y esa hay que manejarla con mesura.

¿Están manejando una tercera hipótesis en qué instancia?

Eso se va hacer valer ante la Fiscalía. Aunque suene chistoso, 27 años después estamos en investigación preliminar y eso gracias a que logramos la declaratoria de lesa humanidad en 2009, sino ya estaría prescrito y no valdría ni la hipótesis del atentado, ni la de El Espectador, ni la tercera que le menciono.

En este proceso, ¿quién está condenado?

Solamente Dandenis Muñoz Mosquera, ‘La Kika’. ‘Arete’ está condenado por otros tipos penales, más no por el caso Avianca.

¿Cuántas veces han cambiado de fiscal?

La que más ha durado es la señora que está ahorita, Olga Julieta Rojas. Hemos pasado por cinco fiscales.

¿Cuántas víctimas representa?

Represento a unas 20 familias. Antes eran más, pero la gente ha venido dejando el tema de lado.

¿En la justicia administrativa hay fallo?

No. En su momento se adelantaron las acciones por falla del servicio y acción de reparación directa, que fueron rechazadas de plano y eso ya prescribió. Las rechazaron porque adujeron que para esa época no había cómo detectar explosivos plásticos y que como no era metálico, no se había podido detectar. Eso también perdió valor, porque se pudo demostrar que, en la hipótesis del atentado, el explosivo tenía un componente de metralla que es metálico y que sí hubiera sido detectable.

Ayúdeme a entender esa tercera versión, ¿de todas maneras estamos hablando de manos criminales?

Manos criminales u homicidio culposo. Es decir, no necesariamente tuvo que haber dolo en esa tercera hipótesis.

¿Qué es un homicidio culposo?

Es una conducta de homicidio, pero sin tener la intención de cometerla. Por ejemplo, un accidente de carro, cuando el peatón se atraviesa la calle corriendo y el conductor no lo ve y lo atropella. Ahí no hay intención de hacer daño.

Entonces podemos hablar que esto no fue un atentado dirigido, sino que fue una explosión que se produjo por otra razón...

Pero tampoco por falla mecánica, ni por falla humana. De un tercero.

¿Una explosión provocada?

Sí, correcto.

¿Lo siguen atribuyendo al Cartel de Medellín?

No, en esa hipótesis hay otras personas involucradas.

¿Agentes del Estado?

Posiblemente.

Con 27 años de demoras en la Fiscalía, ¿cree que sea posible la consolidación de esta tercera hipótesis?

Tiene que darse. La verdad, así nos cueste otros 27 años, 30 ó 50, tiene que conocerse. Esto no puede quedar así.

¿Las pruebas de ello vienen del FBI solamente?

Son del FBI y locales.

Digamos que se llegara a consolidar la hipótesis del accidente. ¿Qué consecuencias haría?

Muchas, porque el andamiaje jurídico frente a los logros que hemos obtenido perdería valor. Habría otro tipo de responsabilidades, otras personas llamadas a responder. Finalmente también habría consecuencias jurídicas en favor de las víctimas, porque hubo víctimas como quiera que fuera el caso. Se derrumbarían los avances que hasta el momento hay. Por eso le digo que es tan difícil que sea cierto.

El sicario Jhon Jairo Velásquez, alias ‘Popeye’, declaró y ha señalado al entonces director del DAS, Miguel Maza Márquez, en varios casos. ¿Este sería uno de esos?

Por supuesto. Lo he dicho varias veces. El DAS era la entidad estatal encargada de ser garante de los derechos y de la seguridad ciudadana y era en manos de quien estaba la seguridad del aeropuerto El Dorado. Y según la hipótesis del atentado terrorista y de las declaraciones de ‘Popeye’, la cercanía del Cartel se dio a través de sus asociados, que eran los Castaño Gil, que tenían el enlace con el DAS, para permitir el ingreso del maletín bomba. Y él era el director del DAS. Le cabría toda la responsabilidad.

¿Hubo alguna investigación hacia esos hechos?

Yo la pedí, pero, por alguna razón que también genera suspicacias, no la quisieron adelantar.

¿Cree que hay interés de alguien en que las investigaciones no avancen?

Le digo una cosa: tiene que haber intereses subrepticios. Ni jurídica ni política ni socialmente frente a las víctimas tiene justificación semejante atropello: teniendo todo lo que se tiene, con las pruebas documentales y testimoniales y con los peritazgos, que tengamos 27 años de una impunidad vergonzosa. Ni siquiera hay un indiciado.

¿Han buscado al fiscal general, Néstor Humberto Martínez?

Sí, claro. Estoy en ese proceso de acercamiento con el doctor Néstor Humberto, a quien respeto y del que estoy seguro que tendrá actuaciones positivas en materia de dinamizar este proceso.

¿Cómo puede hacerse el manejo de memoria de un tema como este, con dos o tres hipótesis?

Se va a hacer honor a la memoria histórica, porque se va a conocer la verdad. Cuando tiene presupuestos de verdad, justicia y reparación, puede tenerse una memoria histórica que lo deja estar tranquilo, porque es que no hemos tenido tranquilidad en 27 años. No solo por el riesgo personal que he corrido yo, que he sido amenazado tres veces de muerte, sino porque la gente no duerme en paz.

¿Qué otros procesos se han surtido?

En el Sistema Interamericano demandé a Colombia, el 24 de octubre del año pasado. El proceso va a entrar en apertura de pruebas, cuando tendrán que llamar a Colombia a que se defienda. La petición se instauró tanto por acción, como por omisión en doble vía. Por no cumplir como garantes de la seguridad ciudadana al permitir el ingreso del artefacto explosivo y por omisión de la investigación en el proceso local, por la denegación de justicia.

A estas alturas, ¿a quién le cree?

Yo le creo a Whitehurst.

¿Cómo han sido estos días?

¡Uff! Se han removido muchos sentimientos, recuerdos muy dolorosos. También se complementa con este accidente de estos muchachos del equipo. Las tragedias aéreas siempre nos van a traer este recuerdo. Es inevitable. Han sido días difíciles, pero somos conscientes de la tarea que nos ocupa.