Desde Cartagena, en el marco del Gran Foro Colombia 2019, el presidente de la República, Iván Duque Márquez, reconoció que sus decisiones en relación con el Ejército de Liberación Nacional (Eln) han generado polémica, pero justificó su posición argumentando que la violencia no puede ser utilizada para chantajear al Estado.

“Yo no fijé una posición por tozudez, por terquedad o por una acto desafiante, no. Lo hice por una lógica. No voy a permitir como presidente de Colombia que la violencia siga siendo un arma de negociación y le dije a esa organización: si quieren que nosotros tengamos la posibilidad  de diálogo, es sobre la premisa de la liberación de todos los secuestrados, que le pongan fin a todo lo actos criminales”, dijo el presidente.

Duque aseguró que se ha cuestionado si existe una causa ideológica detrás de un ataque como el cometido en la Escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander, que dejó 21 personas muertas. “¿Existe algo que justifique que jóvenes  estudiantes indefensos y desarmados sean víctimas  de un ataque terrorista como el que vimos?”, señaló.

El presidente agregó que se ratifica en que hay que perseverar en la paz, pero sin permitir que ninguna fórmula de violencia se convierta en un chantaje para ganar el “oído” del Estado. Agregó que no puede aceptar que ningún acto de este tipo sirva para legitimar una posición ante un Estado democrático.  

El mandatario señaló que en  más de 20 años el Eln se aproximó a varios gobiernos para hablar de paz, pero ha cometido más de 5.000 secuestros, y en los 17 meses que tuvo la posibilidad de conversar con el Gobierno anterior  cometió más de  100 asesinatos y más de 400 actos terroristas.

“No existe protocolo alguno que justifique el terrorismo para  pisotear las instituciones de Colombia. No lo vamos a permitir”, señaló el presidente.

Desde que el presidente tomó la decisión de levantar la mesa de diálogos con esta guerrilla, tras confirmarse que fue la autora del atentado terrorista cometido contra la escuela de Policía en Bogotá, se ha generado una polémica por la decisión de no reconocer los protocolos pactados con el Estado, este grupo armado y los países garantes en caso de ruptura diálogos.