Como Matías Lambrea Ferrer, de 3 años de edad, fue identificado un niño que murió como consecuencia de haber ingerido ACPM.

El caso tuvo lugar en el barrio Arroz Barato, a las afueras de Cartagena, donde residía el menor de edad.

Dayan Miranda, una tía de la víctima, contó que el pasado martes, 20 de febrero ella estaba en casa de una vecina, hasta donde también llegó la abuela de Matías, quien tiene una venta de dulces en su residencia.

“Le dije a mi mamá que me vendiera un dulce de corozo, para dárselo al niño -relató-. Mi mamá se devolvió para su casa y el niño se le fue detrás pidiendo agua”.

La abuela atendió al niño diciéndole, “espérate, Matías, ahora te doy el agua”. Pero, mientras ella buscaba un vaso para cumplir la petición del menor, este alcanzó a ver varios recipientes de aseo, dentro de los cuales había una botella de plástico con la marca de un popular refresco, pero lo que contenía era ACPM, según relataron los parientes del niño.

Al parecer, el ACPM lucía transparente, pues la hipótesis que se maneja es que posiblemente el infante lo confundió con agua y, ante un descuido de la abuela, agarró la botella, se la llevó a la boca y bebió parte del contenido.

Mientras la abuela buscaba el agua en la cocina, la madre del niño estaba en el baño, pero desde allá logró escuchar que tosía fuertemente.

La mujer salió del baño en dirección hacia el niño, quien tenía el rostro congestionado por la tos persistente. “¿Qué te comiste, Matías?”, le preguntó, pero el niño seguía tosiendo sin pausa.

La abuela le alzó los brazos y le sobó la espalda varias veces, hasta que decidieron llevarlo a la sala de urgencias de la Policlínica de Arroz Barato, donde el personal médico detectó que el pequeño paciente había consumido una sustancia con olor parecido al gas kerosene.

Pese a que el niño tenía amoratada la piel del rostro, las mujeres insistían en que solamente había tomado agua, pero luego cayeron en cuenta que la abuela no alcanzó a dársela, pues cuando volvió hacia él ya estaba tosiendo.

Por las palabras del personal de la clínica, fue cuando las mujeres pensaron que a lo mejor había ingerido el ACPM que estaba en el recipiente de refrescos.

De inmediato, los médicos ordenaron hacerle un lavado estomacal, después del cual los familiares dijeron haberlo visto en mejores condiciones, pero fue remitido a la Clínica El Bosque, siendo la 1:30 de la tarde de ese mismo martes.

Durante el trayecto se notó que los signos vitales del niño se iban debilitando, por lo cual le hicieron otro lavado con carbono y le pusieron oxígeno y medicamentos para estabilizarlo, pero seguía mal de la respiración.

“Nos dijeron que lo iban a ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y que era necesario entubarlo”, contó una tía, quien añadió que el miércoles la mamá lo visitó en la UCI y lo halló consciente, “porque ella le hablaba y él le respondía”.

Ese día, el pediatra informó que las vías respiratorias del paciente estaban bien, le retiraron los tubos y el ventilador y le recomendaron una dieta de sal y leche.

Pero a las 11 de la noche del miércoles llamaron de la clínica para informar que el niño estaba grave: había sufrido cinco paros cardíacos, por lo cuales murió a las 11 de la noche del viernes.