El director de Medicina Legal, Carlos Valdés, dijo este viernes que en el cuerpo del ingeniero Jorge Enrique Pizano, testigo clave del caso Odebrecht y que murió la semana pasada, no se hallaron trazas de cianuro, por lo que se mantiene la versión inicial de que su deceso se produjo por un infarto.

Las muestras analizadas, dijo Valdés, fueron extraídas en el hospital San Rafael de Facatativá a donde llegó tras una atención en el centro de salud de Subachoque, población en la que residía el exauditor de la firma Corficolombiana.

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Su hijo, Alejandro Pizano, murió por efecto del cianuro, después de beber agua de una botella que supuestamente encontró en el escritorio de su padre.

Por eso, se ordenaron pruebas adicionales a la necropsia inicial, que había indicado que su muerte se produjo por infarto.

"El análisis se realizó en forma paralela por dos laboratorios (uno de Ibagué y otro de Bogotá) acreditados en el Instituto. El resultado fue negativo para cianuro. No se encontró cianuro en ninguno de los tejidos ni en la solución que los contenía. En tal sentido la causa de la muerte sigue siendo la que determinó el hospital de Facatativá una vez se hizo la necropsia clínica", dijo Valdés. 

Cabe recordar que Medicina Legal había informado que Alejandro Pizano, hijo de Jorge Enrique Pizano, murió por ingesta de cianuro. 

"Las pruebas recaudadas en la residencia de los padres (de Alejandro) indican que la víctima habría encontrado el cianuro en una botella de agua soborizada que se hallaba en el escritorio de su padre, de la cual ingirió un sorbo", dice un comunicado divulgado por la Fiscalía General citando a Medicina Legal.

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La muerte de Alejandro Pizano fue declarada el pasado domingo 11 de noviembre, y su análisis forense había despertado expectativa por el aparente deceso 'expontáneo', y la cercanía con el fallecimiento de su padre, Jorge Enrique, quien sufrió un paro cardíaco la semana pasada, el 8 de noviembre.