Angie Lisvey Rodríguez Mendoza salió llorando de la sala de audiencia, en la que se decidió enviarla a la cárcel de Picaleña, tras ser acusada de asesinar a su tercer hijo.

El atroz hecho ocurrió el 29 de marzo de 2017, en la vereda El Rodeo, finca Los Colorados, sector El Totumo, zona rural de la capital del Tolima.

En la audiencia, la fiscal del caso le imputó homicidio agravado a Rodríguez Mendoza y ella no aceptó.

La funcionaria del ente acusador narró que el día de los hechos, la mujer entró al baño y tardó una hora y antes de salir le pidió jabón a la hija menor para lavar.

Una pariente le preguntó a Rodríguez, ¿le pasa algo? y ella dijo que tenía cólicos.

Sin embargo, el verdadero motivo de lo ocurrido en el baño, fue descubierto después por otra familiar de la joven, de 21 años.

Al día siguiente, una de las personas que vivía con la aprehendida encontró debajo del lavadero un balde con ropa, pero en el fondo del recipiente halló un feto de siete a ocho meses de gestación, y la principal sospechosa era Rodríguez Mendoza.

Los investigadores de la Sijín que inicialmente tomaron el caso, lo asumieron como un posible aborto, ya que Rodríguez le ocultó el embarazo a sus abuelos. Ocho días antes del suceso, la mujer había dejado Fusagasugá, para radicarse en el Tolima.

Se conoció que la prueba clave en el proceso judicial contra Rodríguez, fue la necropsia en la que se evidenció que el neonato había nacido vivo y el fallecimiento era producto de asfixia mecánica, lo que determinó que la muerte de la criatura era un homicidio.

Por lo anterior, los funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, viajaron a la vereda Bermejal, donde vivió Rodríguez Mendoza con el padre de sus dos primeros hijos, con quien tuvo una relación de ocho años.

A la expareja de la mujer la indagaron, para saber si la criatura era de él, pero aseguró que después de la separación no volvieron a estar juntos.

Por ahora, los investigadores desconocen los motivos que llevaron a la mujer a terminar con la vida del bebé. Además, los expertos establecieron que ella no sufre de trastornos, ni enfermedades mentales; igualmente, no hay una denuncia de que Rodríguez haya sido víctima de un delito sexual.