Mientras el país continúa a la espera de una respuesta contundente por parte del embajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente, por el laboratorio de procesamiento de cocaína que halló la Dijín en una finca en Guasca, propiedad de su familia, una jueza de garantías ordenó medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de los cinco sujetos que fueron detenidos en el complejo cocalero.

La decisión proferida en la noche de este viernes cobija a C.A. Gómez Vanegas, I. Castillo Gómez, J. J. Morales Zambrano, G. Bohórquez Daza y P. E. Castillo Perilla. En la sesión del jueves, la Fiscalía les imputó tráfico, porte y fabricación de estupefacientes y tráfico de sustancias para el procesamiento de estupefacientes. A Castillo Perilla, además, le endilgaron el cargo de porte de armas, ya que durante la operación de la Dijín le hallaron un revólver calibre 38 con el serial limado.

Ninguno aceptó los delitos relacionados con narcotráfico, pero Castillo aceptó responsabilidad por la tenencia del revólver.

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El representante del organismo acusador dijo que la zona estaba compuesta por tres enormes estructuras que tenían capacidad para la producción mensual de 1,8 toneladas del alcaloide.

“Esto no es un laboratorio exprés, es algo que lleva tiempo. Los elementos hallados ya tenían un nivel de desgaste y de utilización bastante notorio. Existían dormitorios para las personas que laboraban en esas actividades ilícitas”, dijo la fiscal.

También fueron hallados kilogramos de base de coca, 200 gramos de clorhidrato de cocaína, prensas, hornos, siete toneladas de insumos químicos sólidos y más de mil galones de ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, acetona y ACPM. 

La Fiscalía dijo que en la primera construcción estaba lo que se conoce como las cocinas. La segunda estaba destinada a los procesos de reoxidación y la tercera se hacía el embalaje del producto final.

“¿Qué decir de los pagos que se les hacían a estas personas imputadas? Porque no va a cocinar clorhidrato de cocaína una persona que nunca lo ha hecho. Es una persona con experiencia y con conocimiento en esto y no en vano las marquillas que dan la acreditación en la pureza de la sustancia”, concluyó la representante del búnker.

Las marquillas a las que hizo referencia la fiscal son la marca de cada organización narcotraficante. En el lugar, los grupos especiales hallaron logos con las iniciales HH, JR y PL, esta última también tenía un ave en una de sus esquinas. La Fiscalía reparó en este detalle para manifestar que eso da cuenta de que existe una vinculación con organizaciones ilegales.