Un total de cuatro meses y 28 días permaneció en el Hospital Universitario de Santander, HUS, Julieth Dayanna Pinto Carrillo, de 21 años, luego de que un desconocido le brindara una bebida, que resultó ser un ácido, haciéndole creer que se trataba de aguardiente.

La tragedia que enluta hoy a una familia bumanguesa, residente del barrio María Paz, en el norte de la ciudad, tuvo su origen el sábado 5 de agosto del año pasado, cuando la joven salió a disfrutar de una fiesta con varios amigos en una discoteca de la Zona Rosa.

Pese a que la rumba transcurrió sin ningún contratiempo, el grupo, conformado por ocho amigos, decidió a las 4:00 de la madrugada del día siguiente, ir al barrio Quinta Estrella, al occidente de la capital santandereana, para continuar la celebración.

“Nos sentamos en una esquina a hablar un rato todos, cuando apareció un hombre ofreciendo trago en una botella de aguardiente. Yo no sé por qué llegó ahí si nadie se hablaba con él, pero no se le prestó atención. Él le ofreció de lo que estaba tomando a un amigo, pero no le recibió, y luego a Julieth, que ya estaba tomada, y sí probó”, recordó Kelly Quintana, una amiga de la víctima que presenció los hechos.

Una vez la mujer ingirió el misterioso líquido comenzó a vomitar sangre y su rostro se puso de color rojo, por lo que sus amigos la llevaron al HUS, en donde de inmediato recibió atención.

“El médico nos dijo que a ella le habían dado un ácido y que se le tiraron la vida”, aseguró Ana Carrillo, mamá de Julieth Dayanna.

La bebida que se tomó, que algunos profesionales de la salud aseguraron que era soda cáustica, le causó daños irreparables en el hígado, estómago, pulmones y otros órganos, por lo que la víctima tuvo que ser intervenida quirúrgicamente en cinco oportunidades.

El fallecimiento

De acuerdo con los familiares de la joven Julieth Dayanna, durante los últimos días su estado se agravó, por lo que tuvo que ser internada en la Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, del HUS, en donde finalmente murió el martes pasado a las 6:00 de la tarde. “No tenía paz, sufría mucho. A lo último ya quería que mi Dios se acordara de ella”, agregó la progenitora.

De la occisa se conoció que trabajaba en zapatería y tenía una hija de cinco años de edad, la cual quedó al cuidado de su abuela materna.

Las autoridades investigan 

Según pudo establecer, los parientes de la joven Julieth Pinto instauraron una denuncia en la Fiscalía y el caso es investigado por las autoridades judiciales. 

Agentes de la Sijín realizaron la diligencia de levantamiento del cadáver, el cual trasladaron a la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, seccional Bucaramanga. Las autoridades trabajan en la investigación, con el fin de identificar a la persona que le brindó la bebida y que terminó por ocasionarle la muerte.