De acuerdo con un comunicado de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, hasta septiembre en el país habían sido muertos este año 30 activistas y otros 20 habían sufrido una tentativa de homicidio.  
 
Según Naciones Unidas, esto "demuestra la persistencia de un entorno inseguro y hostil para el ejercicio de su labor". El organismo,  que elaboró un informe junto a la Fiscalía colombiana, enfatizó que "este año se ha superado el promedio de homicidios de defensores de derechos humanos que se venía registrando en los últimos 20 años".     
 
La ONU expresó "su profunda preocupación" por las recientes muertes de John Jairo Ramírez Olaya, líder afrodescendiente del puerto de Buenaventura sobre el Pacífico colombiano; Daniel Abril, dirigente ambiental y campesino en la región de la Orinoquía, y Luis Francisco Hernández, representante de víctimas en Tierralta, en el departamento de Córdoba y al noroeste colombiano.   
 
Pese a que funcionarios del Estado han reconocido la importancia de los activistas "en la construcción de una sociedad más democrática e igualitaria", se ha evidenciado en muchos casos la ineficacia de las acciones estatales para garantizarles el derecho a la vida, indicó el informe.      
 
Finalmente Naciones Unidas instó a la Fiscalía colombiana que esclarezca todos los homicidios y lleve a los responsables a los estrados judiciales.

Bogotá | AP