Usar “trapos” y reutilizar las toallas higiénicas que encuentra en la basura, son las prácticas que suele hacer Martha Cecilia Durán, mientras tiene su periodo menstrual. 

La mujer que está en condición de habitante de calle en Bogotá no tiene recursos para comprar utensilios de higiene. Aseguró que cada tres o cuatro días logra conseguir entre 7.000 y 8.000 pesos, que usa para su comida y estadía. 

Martha Cecilia, quien hace poco dio a luz por medio de cesárea, no ha acudido a centros asistenciales, y asegura no tener ningún conocimiento sobre el cuidado que debe tener en su zona íntima. 

Para la Corte Constitucional quien estudio el caso, la situación de vulnerabilidad de Martha Cecilia es “una flagrante violación de la dignidad y de los derechos humanos”, por ello ordenó a los entes territoriales crear políticas públicas que revisen la situación. 

"Muchas mujeres habitantes de calle no tienen acceso a productos de higiene femenina menstrual básica y se ven obligadas a realizar maniobras perjudiciales para su salud como lo es manipular las toallas higiénicas y usar su relleno varias veces", expresa la providencia. 

Por esto, el alto tribunal le ordenó a la Secretaria de la Mujer que lidere y diseñe de manera coordinada una política pública territorial en materia de manejo de higiene menstrual para todas las habitantes de calle. Así como también ordenó que se cree un plan de contingencia para que suministren los utensilios. 

La Corte dejó claro que la gestión de la higiene menstrual se entendió como el derecho de toda mujer a usar adecuadamente el material para absorber los residuos de su periodo. Así como poder hacer uso de espacios privados donde las mujeres puedan desechar los residuos y mantener acceso limpiar su cuerpo.