El llanto seco de María Celeste interrumpió las labores de cocina que realizaba su madre, Sandra María Cañas, en la vivienda donde habitan en el barrio Manrique Central. 

La mujer buscó desesperada a su pequeña hija y la encontró dentro de una de las habitaciones con el rostro bañado en sangre.

La responsable de las heridas en el rostro de la bebé, de tan solo 19 meses, fue la mascota de la casa: una perra fruto de un cruce entre Pitbull y Sha Pei propiedad de la hermana mayor.

La menor de edad tuvo que ser trasladada de urgencia al Hospital San Vicente Fundación donde le realizaron una cirugía plástica para evitar las secuelas. 

La familia espera que en el transcurso de los días sea dada de alta y continúe la recuperación en la casa.

La perra, una cachorra que ajusta dos años, fue llevada por la patrulla antimaltrato de la Policía Ambiental hasta el Centro de Bienestar Animal La Perla.

El coronel Jaime Perdomo, jefe de Protección y servicios especiales de la Policía Metropolitana, detalló que  no es el primer incidente que habían sufrido con la mascota:

“La niña ya había sido mordida por la perra, pero como no fue de gravedad los padres no informaron. Los responsables del animal deben poner en conocimiento de las autoridades cuando esto ocurre”,señaló.