Con la condena impuesta este lunes a cuatro años y cuatro meses de cárcel contra Manuel Pinzón Casallas y Blanca Janeth Maldonado, y la de tres años y tres meses a María Alexandrina Torres Bejarano se cierra uno de los varios episodios de las chuzadas del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. 

Los nombres de los sentenciados quizá no digan mucho, pero se trata del conductor del entonces magistrado Iván Velásquez y las dos auxiliares de servicios generales que fueron procesadas por instalar micrófonos en el mobiliario donde se celebraba la Sala Plena del citado tribunal. 

Pinzón, Maldonado y Torres fueron reclutados por la llamada ‘Mata Hari’, Alba Luz Flórez, entonces detective del desaparecido organismo, para espiar a los togados que investigaban la parapolítica. 

En audiencia de 2013, la exdetective Flórez le dijo a la propia Corte que el 80% de la información que consiguió del máximo tribunal de lo penal en el país lo sacó Manuel Pinzón, quien era identificado como ‘Y-662’. 

Las empleadas Torres y Maldonado deberán purgar su pena bajo el beneficio de la detención domiciliaria, ya que el juez consideró que no tenían antecedentes y que eran madres cabezas de hogar. 

A lo largo de las audiencias se conoció que las mujeres recibieron 1.400.000 pesos y 2.300.000, respectivamente, por la instalación y posterior entrega de las grabadoras con las que logró escuchar lo que hablaban los magistrados durante sus sesiones. 

Sobre las dos empleadas, Flórez dijo que al principio tuvo que entrenar a Maldonado para que manipulara una grabadora de alto alcance que finalmente, después de varios intentos, logró ubicar en un compartimiento debajo de la mesa de la Sala Plena de la Corte. Así, alcanzó a obtener grabaciones de más de cinco sesiones del pleno.