La fuerte reacción del presidente Juan Manuel a su homólogo de Venezuela es la más palpable manifestación de que Colombia se cansó del discurso “grosero e incoherente” de Nicolás Maduro con altos funcionarios del Gobierno Nacional pero, sobre todo, de su maltrato a los colombianos que han sido deportados y expulsados.

En esa percepción coincidieron analistas consultados por COLPRENSA quienes advierten que cada vez más se aleja la posibilidad de un arreglo directo entre los dos mandatarios y, en cambio, en el abanico de posibilidades para solucionar el impasse diplomático solo quedan dos alternativas: Los buenos oficios de un tercero o la intervención de organismos internacionales como la ONU o la OEA.

“El Gobierno colombiano ve cada vez más lejos una solución directa por el discurso grosero e incoherente de Maduro contra Santos, algunos Ministros y dirigentes como Álvaro Uribe. El presidente colombiano se cansó de utilizar un lenguaje y un tuno moderados, lo que sin duda prolonga más la crisis”, sostiene el analista Juan Manuel Charry.

En ese sentido otro experto, el exministro del Interior Armando Estrada Villa, agrega que la situación “es preocupante”, porque “cada vez se está escalando más el uso de la palabra.

“Ante el lenguaje atrevido de Maduro, el presidente Santos comenzó utilizando un tono conciliador y decente, pero ya se le colmó la paciencia y ahora su lenguaje es beligerante. Pero es que no podía quedarse más tiempo callado”, dijo el experto.

Estrada considera que si bien el presidente venezolano tiene razón en algunas cosas (el contrabando de alimentos procesados y gasolina hacia nuestro país y la presencia de actores armados en su territorio) “Colombia no puede aceptar que problemas entre Estados se resuelvan afectando los derechos humanos de colombianos indefensos”.

Así las cosas, los expertos prevén que la crisis en la frontera es un problema que no tiene solución a la mano, y eso le conviene más a Maduro que utilizará las diferencias con Colombia para sacar réditos políticos en las elecciones legislativas en su país.

Pocas alternativas

“Colombia está en una posición muy difícil, y ahora le quedan menos posibilidades de un arreglo directo, pero instancias internacionales como la ONU o la OEA tampoco han mostrado su ineficacia”, advierte el internacionalista Carlos Enrique Arévalo, de la Diversidad del Rosario.

Según el catedrático, un arreglo directo “no se ve a la mano, y solamente podría darse con la intervención de un tercero que preste sus buenos oficios o su mediación, o en últimas denunciar la agresión contra los colombianos deportados y expulsados ante organismos humanitarios internacionales”.

Este miércoles, de hecho, trascendió que el próximo viernes llegará una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para conocer de primera mano la crisis de la frontera colombo-venezolana. “Pero esos trámites son lentos y engorrosos porque tienen que ir hasta la propia Corte Interamericana, y eso toma tiempo”, explicó Arévalo.

Los otros dos observadores señalan que la nueva postura de Santos traerá consecuencias inmediatas que podrían agudizar aún más la crisis. “Estamos condenados a vivir con un mal vecino, es un problema delicado que no se resolverá sin un amigable componedor, y para ellos hay varias opciones, pero un diálogo directo entre los dos Presidentes está descartado, al menos por ahora”, dice el ex ministro Estrada Villa.

Mientras, Charry agrega que “no estamos lejos de la ruptura de relaciones diplomáticas”. Aunque el analista descarta de momento el uso de la fuerza pues Venezuela no está invadiendo territorio colombiano, sí prevé que en el corto plazo las cosas serán así: “Lo que podría venir es la ruptura de relaciones bilaterales y la salida de Venezuela como facilitador en el proceso de paz de La Habana. La crisis no se resolverá pronto”, concluye.

*Bogotá | Colprensa