La Policía Nacional capturó en Bogotá a Nelson Ternera, llamado 'Rasputín', sindicado de crear correos electrónicos, a través de los cuales se dedicaba a extorsionar y estafar a personalidades y funcionarios del Gobierno.

Según el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, 'Rasputín' era uno de los delincuentes cibernéticos más buscados en el país, y es señalado de realizar el ‘hackeo’ de la cuenta del correo electrónico de María Lorena Gutiérrez cuando se desempeñaba como secretaria general de la Presidencia de la República.

“‘Rasputín’ se hizo pasar por agente del Estado ante diferentes organizaciones públicas y privadas, inclusive ante exoficiales de las Fuerzas Militares, también se hizo pasar por pariente de importantes y reconocidos empresarios para hacer estafas por todo el país. Cobraba también a sus víctimas extorsiones cibernéticas de hasta 100 millones de pesos a cambio de no publicar videos privados de las personas y también fingió ser sacerdote para hacer algunas estafas”, informó Villegas.

El prontuario del capturado incluye presuntas extorsiones en los años 2004 y 2013, y estafa en el 2000, cuando habría suplantado a un familiar de un alto empresario colombiano a través de medios tecnológicos como correos electrónicos y llamadas telefónicas.

Según la investigación, una vez ‘Rasputín’ tomaba contacto con sus víctimas les manifestaba ser un investigador privado que, supuestamente, tenía videos que los vinculaba con hechos irregulares tanto a ellos como a sus familiares.

De acuerdo con las autoridades, el delincuente cobraba a sus víctimas sumas de hasta 100 millones de pesos a cambio de no publicar los videos, en los cuales se apreciaban las supuestas reuniones que sostenían los funcionarios.

La Policía también estableció que también fingía ser sacerdote en otros escenarios para estafar a feligreses.

El operativo

En su residencia ubicada en Suba, la Policía incautó evidencia digital como un computador integrado, un portátil, dos sim cards y dos celulares. También fueron encontradas fotografías donde el hombre luce una sotana.

Bogotá  | Colprensa