Como Julián Felipe Vargas Redondo fue identificado el patrullero de la Policía asesinado en la mañana de este miércoles en pleno casco urbano del municipio de Corinto, al norte del Cauca. 

De acuerdo con las versiones de los testigos y las autoridades, el uniformado adelantaba, en una camioneta oficial, unas diligencias propias de su cargo sobre la calle octava con carrera doce del barrio La Paz de esta localidad, cuando fue atacado por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta. 

“El señor patrullero conducía una camioneta institucional cuando se presentó el ataque por parte de dos delincuentes, los cuales se acercaron por la parte del conductor, para luego dispararle en repetidas ocasiones, causándole así la muerte. Luego, cobardemente, emprendieron la huida”, dijo el comandante de la Policía en el Cauca, coronel Fabio Rojas. 

Este testimonio fue compartido por testigos, quienes indicaron que los pistoleros no dieron tiempo al patrullero en reaccionar, quedando al interior del vehículo. “Corrimos porque uno no quiere ser víctima de una bala perdida, entonces solo alcanzamos a ver a los sujetos de la moto cuando llegaron, a toda carrera, a un lado de la camioneta, para luego dispararle a ese muchacho, después escuchamos más disparos, pero no sabemos quién los hizo”, narró una comerciante de esta localidad, quien pidió mantenerse en el anonimato. 

Julián Felipe Vargas Redondo, de 26 años, portaba el uniforme de la Policía desde hace cuatro años, cuando ingresó a la institución con el rango de patrullero. 

Según sus compañeros de labores, Vargas Redondo era oriundo del municipio de Balboa, sur del Cauca y era hijo de una destacada profesora de esta región. En su hoja de vida existen consignadas una felicitación por su disciplina a la hora de cumplir con sus funciones y cuatro condecoraciones tras participar en importantes actividades preventivas y operativas en materia de seguridad. 

En relación con este caso, el gobernador del Cauca, Óscar Campo, dijo que en la zona donde sucedió este homicidio delinque una disidencia del Sexto Frente de las Farc, la cual se autodenomina Columna Móvil Dagoberto Ramos. 

“Es una estructura de disidentes que se dedica netamente a actividades de narcotráfico, especialmente al cultivo y comercialización de marihuana en la zona rural de este municipio, como bien lo tiene documentado la fuerza pública. Ahora la tarea es llegar hasta estos territorios para acabar con esas zonas de confort criminal, no solo los que existen en este municipio, sino aquellos ubicados en la cordillera occidental y en las cuencas de los ríos Micay Naya”, explicó Campo. 

El comandante de la Policía en el Cauca comentó que es posible que se trate de una retaliación por los constantes operativos que la fuerza pública adelanta en esta zona del departamento contra estos grupos delictivos. 

Incluso, en la mañana de ayer martes, en la vereda La Pila de Toribío, cerca de Corinto, las autoridades desmantelaron un laboratorio para el procesamiento de cocaína, el cual estaba en capacidad de albergar a más de 15 personas durante varios días, gracias a que contaba con un suministro de energía autónomo, sustentado en una poderosa planta eléctrica, así como baños, cocina, lavadoras y hasta equipos de sonidos, elementos que le permitían a los delincuentes no salir de esta estructura durante una semana, aumentando así la capacidad para producir el poderoso narcótico. En el sitio fueron encontrados 550 galones de clorhidrato de cocaína listo para su secado. 

Por eso, no se descarta que la muerte de este patrullero de la Policía se enmarque en un ‘plan pistola’ adelantado por estas estructuras criminales para evitar los controles que ejecuta la fuerza pública en esta zona del norte del departamento. 

Hay que recordar que en la mañana del pasado lunes, sobre la vía que comunica Morales con Piendamó, se presentó un ataque similar contra una camioneta de esta institución en el que salió herido un uniformado.