Tras conocerse que el senador Musa Besaile admitió ante la Corte Suprema de Justicia que pagó 2.000 millones para frenar un proceso en su contra, el procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, aseguró que esto evidencia el declive de la ética  en el país.

“Eso demuestra la magnitud de los niveles de corrupción. Los grandes remedios es que funcione la Justicia”, dijo.

De acuerdo con el Procurador, “si la verdad está saliendo a flote, que se asuman las consecuencias de parte de quienes están como protagonistas de todos estos escándalos”.

Carrillo señaló que ya se abrieron las investigaciones disciplinarias contra Besaile, Hernán Andrade y Luis Alfredo Ramos, quienes salieron mencionados en estos casos en las comunicaciones recopiladas por la Justicia de los Estados Unidos, que originaron compulsas de copias en materia penal.

El Procurador resaltó que ayer en la reunión de la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial vio un compromiso del poder judicial de autoreformarse y avanzar en medidas para evitar estos hechos.

“Los mecanismos de la Rama Judicial tiene que operar. Vi ayer una voluntad de llevar esto hasta los ultimas consecuencias. Ellos tiene la facultad de autoreformase y eso es lo que ellos están investigando”, dijo.

Sanción

De acuerdo con el Procurador, debe haber una sanción social ante la indignación que generan estos actos de corrupción.

El jefe del Ministerio Público participó este martes en foro sobre ética pública y allí manifestó que tras salir de la guerra, la batalla que tiene el país ahora es contra los corruptos.

“Esta vez, contra los corruptos que han promovido los antivalores, que han pervertido la política y convertido la justicia en un trueque de favores; la iniciativa privada, en una feria de coimas; la democracia, en una nave que cruza tormentas azuzadas por el populismo; y la educación y la salud, en botín de los más avivatos. La corrupción es además una amenaza letal a la reconciliación”, señaló.