En el reciente Foro Urbano Mundial que deliberó en Medellín, varios alcaldes plantearon las fórmulas que se imaginaron y pusieron en práctica para asegurar la financiación de sus planes de desarrollo económico y social en beneficio de sus comunidades. Criticaron que con frecuencia los alcaldes usan el crédito como si fuera un ingreso, pero realmente lo que están haciendo es una hipoteca sobre el ingreso futuro, cuando lo que deben hacer es recurrir a financiación que no comprometa en gran medida los recursos de los municipios.

Benjamín Abalos Jr., el alcalde del municipio de Mandaluyong, en Filipinas, explicó el milagro que logró sacar su pueblo de la pobreza y el atraso, así: “Lo primero que hice fue reducir la burocracia. En Filipinas hacer una renovación comercial demoraba tres días y había que surtir 27 pasos (trámites); lo que hicimos fue pasarlo de tres días a 15 minutos y de 27 a solo cuatro pasos”.

En menos de dos años su municipio de Mandaluyong pasó de 12.000 millones de dólares en inversión anual a 120.000 millones de dólares. Lo otro que hizo Abalos Jr. fue vincular al sector privado de verdad, no a empresas de papel que solo entregaron la cédula de su socio principal.

Lo que no hacemos aquí y por eso estamos como estamos.