La mayoría de transeúntes y los vecinos de los barrios aledaños pasan por enfrente inadvertidos. Su estructura es similar a la de cualquier vivienda de la calle 18A. Solo una vieja placa debela su identidad.

La estructura, próxima a cumplir 18 años, fue construida con recursos de las Naciones Unidas para brindarle un espacio de sano esparcimiento y cultura a los jóvenes de las comunas 3 y 4, sin embargo, hoy, está en desuso.

Con la  finalización de las talleres  de pintura, música, danzas, que realizaba el programa de escuelas de formación artística, de la Secretaría de Cultura, la casa volvió a quedar vacía.

“Desde hace tres años han pasado programas de todo tipo por esta casa y ninguno ha tenido continuidad”, dijo el vecino Jorge Gonzáles.

Ni siquiera Tilcia Flores, presidenta de la junta comunal de La Libertad, da razón por la casa, asegura el municipio la ponía funcionar con programas provisionales.

Los vecinos esperan que este año la alcaldía establezca programas culturales en esta sede que permitan mantenerla en pie.