Tres años han pasado desde que la alcaldía de Cúcuta ordenó el desalojo de las familias en alto riesgo en Tucunaré. Aunque en el momento se habló de 93 familias ninguna acató la orden.

Unas siete familias viven una situación crítica por estar en el cerro, al borde del barranco; las restantes viven en las manzanas aledañas al abismo.

Las del borde no tienen patio sino un desfiladero y sus vecinos son escombros de las casas que el barranco ya se llevó.

Una situación similar ocurre en la avenida 8 con calle 35 de La Ermita: tres familias siguen colindando con el barranco. Estas aseguran que no han recibido casa y por eso no se van, pese a arriesgar su vida y la de sus hijos.

La situación es más crítica en  el asentamiento irregular 5 de Mayo ubicado cerca a Camilo Daza.

Allí, unas 50 familias huyeron del lugar luego de que la tierra se abriera y se tragara sus ranchos. Aunque el lugar quedó desierto a finales del 2011, hoy, unas 30 nuevas familias habitan estos peligrosos predios.

No deben volver a las viviendas afectadas

Entonces ¿quién vigila que estas familias abandonen sus viviendas para evitar una futura tragedia ante un inminente derrumbe?

Luz Karime Coronel, gerenta de Metrovivienda, dijo que cada propietario de  las  viviendas afectadas  firmó una autorización para destruir el inmueble.

Adicional  a  esto,  la alcaldía desarrolla junto a Planeación  Municipal un plan de destrucción de las viviendas afectadas.  Mientras que la Secretaría de Gobierno reporta la invasión de los predios y procede a desalojar en apoyo de la Policía.

“Si el beneficiario de la vivienda nueva vendió o arrendó el inmueble anterior nosotros restituimos el subsidio de vivienda y lo quitamos”, explicó Coronel. “La casa que se afectó por el fenómeno invernal no es apta para vivir porque se cayó. Entonces es responsabilidad  del beneficiario cualquier cosa que pase”.

Coronel señaló que la alcaldía  ya dispuso un recurso para actuar en estos casos y qué junto a las secretarias de Seguridad  Ciudadana y Gobierno  tomará acciones correctivas.

Respecto a las personas que siguen viviendo en esta zona y que alegan no haber recibido aún casa nueva, Coronel dijo que estas personas también deben desalojar porque se les dio durante varios meses un subsidio de arriendo provisional para solventar la emergencia.

En entre junio y diciembre de 2014, de los  3.103 damnificados de la temporada de lluvias de 2010 y 2011, 473 recibieron casa propia en Cormoranes, otros 129 recibieron apartamento en Los Estoraques.