Ante la falta de control estricto para garantizar el cumplimiento de las leyes, algunos cucuteños hacen lo que les place.

Casos concretos se ven en los parqueaderos, que incumplen las medidas de la secretaría de Gobierno, que les prohibió guardar triciclos de ventas ambulantes, pero siguen haciéndolo.

En la avenida 1 Este con calle 12, el 24 de abril de este año, el secretario de Gobierno, Oscar Gerardino, selló definitivamente un parqueadero por guardar las carretas de los vendedores ambulantes, pero al día siguiente fue reabierto y sigue funcionando.

“Dicen que lo que no está prohibido está permitido, y eso es lo que pasa con las resoluciones de sellamiento, porque la secretaría de Gobierno las pone y la gente las incumple”, dijo Javier Sanabria, quien critica la falta de control.

La secretaría de Gobierno también puso sellos a una obra de construcción en la calle 17 con avenida 10, El Páramo, donde construían una casa sobre el andén, pero los constructores rompieron los sellos y la obra siguió su curso, según denunciaron vecinos.

La secretaria de Planeación, Myriam Amparo Díaz, quien dio el concepto para sellar la obra, dijo que es función de Gobierno vigilar que se cumpla la ley.

La Opinión preguntó a la nueva secretaria de Gobierno, Adelaida Ontiveros, por qué el gobierno permitió que rompieran los sellos, pero respondió que no conocía el caso en particular porque estaba recién llegada al cargo. Señaló que investigaría el tema.

Los infractores no quisieron hablar con los periodistas.

Conducta peligrosa

Según Víctor Montañez, asesor jurídico de la secretaría de Gobierno, el inspector de Policía debe estar pendiente de que se cumplan las sanciones.

Dijo que quienes rompan los sellos pueden verse inmersos en sanciones pecuniarias, incluso penales, por fraude.

Es un delito que puede llevar a prisión hasta por 8 años.

Frente a la burla ciudadana hacia la autoridad, el inspector de control urbano de Cúcuta, Édgar Armando Rozo Vera, dijo que la norma señala que si los sellos son retirados deben volverse a poner y de inmediato cambia el castigo por uno más severo.

“Hace falta más drasticidad, pero de inmediato se ordenan otras sanciones”, dijo. “En el caso puntual de la casa que invade el andén debe ordenarse la demolición”.

No cumplen la ley 

El mayor problema de desobediencia está en las vías.

Ejemplo de que los ciudadanos hacen lo que quieren se ve a las afueras de la Universidad Francisco de Paula Santander, donde los estudiantes parquearon mal sus motos en la calle, solo un día después de una operación policial.

El comandante de la Policía de Tránsito, Eiver Alonso Moreno, dijo que no bajará la guardia.