Un panorama árido y arcilloso da la bienvenida a Sabana Verde, en la comuna 8, lejos de hacerle alusión a su nombre, el asentamiento carece de árboles y gran parte de sus predios están ubicados en lomas.

“De Sabana Verde ya no tenemos nada”, explica en medio de risas José Eustorgio Flores, presidente de junta, al hacer la paradoja de la situación.

Flores asegura que los primeros habitantes bautizaron este sector con ese nombre porque el terreno estaba tupido de cujíes.

“Se veía un manto verde y cómo las primeras familias se instalaron en la parte plana decidieron adoptar el nombre de Sabana Verde”, explicó el líder.

Sin embargo, la población se multiplicó, los árboles fueron reemplazados por ranchos, y las nuevas familias se instalaron en los cerros contiguos.

Hoy, de las cerca de 500 familias la mitad vive en la parte plana y la otra mitad en la loma.

El barrio, próximo a cumplir 16 años, solo tiene una vía pavimentada. La gobernación asfaltó 130 metros de la avenida principal. En el resto de las calles reina la arcilla.

La mancha verde la han querido imponer nuevamente los vecinos sembrando árboles en los frentes de sus casas, con la ilusión de recuperar parte de su esencia. Árboles de nim, mango, y flores se pelean por ocupar el puesto de los desaparecidos cujiies.

Entre los logros comunales Flores destaca la consecución del gas domiciliario para todo el barrio, y la iniciativa vecinal de recuperar la cancha de microfútbol,

Un grupo de jóvenes unió esfuerzos para nivelar el terreno con pica y pala, pintar las arquerías. Con  neumáticos viejos encerraron el escenario deportivo.

Con iniciativas de este tipo  Sabana Verde busca sobresalir entre los barrios de la comuna 8, más allá que por la paradoja de su nombre.