Cada vez Andrés Molina quiere jugar un picadito con sus amigos de la cuadra debe mandar una avanzada a las canchas vecinas para conseguir el  escenario deportivo. Desde el 2008 les toca buscar cancha prestada porque el barrio se quedó sin estos espacios.

La construcción del estadio Centenario de Atletismo dejó a Cúcuta 75 sin canchas deportivas. La pista atlética desplazó a las cuatro canchas de  fútbol, microfútbol, banquitas y baloncesto, del barrio.

Los tradicionales torneos de fútbol  fueron desplazados del barrio, así como los concursos de cometas que se realizaban en agosto en la cancha de tierra.

Pese a que en la maqueta inicial del estadio centenario se contemplaba la construcción de una cancha multifuncional a uno de sus costados, esta quedó por fuera de la obra.

“Quedamos contentos con la construcción de la pista. Nunca nos imaginamos que íbamos a tener un escenario de este tipo en nuestro barrio, sin embargo nos quedaron debiendo la reubicación de las canchas”, dijo Molina.

El año pasado el expresidente de junta Efraín Arciniegas estaba gestionando la construcción de las nuevas canchas para que sus vecinos no tuvieran que acudir a los escenarios de Los Almendros o la Primera Etapa de Atalaya, pero no  obtuvo respuesta alguna.

Arciniegas le propuso al Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte (Imrd) utilizar la gramilla del estadio para organizar partidos con los niños del barrio pero la solicitud no fue aceptada.

Al estadio solo pudo ser utilizado para practicar atletismo y rugby, y se  implementaron clases de aeróbicos  para toda la comunidad

Edinsson Arciniegas, hijo del expresidente, tomó las riendas de la junta comunal tras la muerte del líder, y señaló que no ha habido acercamientos alguno con el municipio para la recuperación de los escenarios.

“En el barrio nos quedamos sin espacios para las canchas. Solo queda un lote contiguo al Teatro Atalaya, que es del municipio, pero donde difícilmente cabría una cancha”, dijo Arciniegas.