En 2012 la Dimayor firmó por diez años el contrato más alto por derechos de televisión, en la historia del fútbol colombiano.
¿Es más rentable jugar en la A, o en la B?
Los malos resultados en un equipo de fútbol dejan siempre al descubierto cualquier falencia estructural o administrativa, y ponen en tela de juicio desde el trabajo diario del entrenador hasta el manejo de su dirigencia.
El hincha de fútbol, apasionado y muchas veces desmesurado en su análisis, crucifica entrenadores, pone en venta a jugadores y desconfía de hasta el mínimo movimiento financiero de los dirigentes, en busca del argumento menos doloroso para justificar las derrotas de su equipo.
Pero, cuando quien pone en duda las intenciones de los dirigentes de un club es uno de futbolistas contratado por los mismos directivos, la cosa cambia.
Hace un par de semanas, cuando el hasta entonces capitán y referente del Cúcuta Deportivo en la gesta del ascenso a principio de año, Gerardo Bedoya, manifestó a una cadena radial nacional que el presidente del club José Augusto Cadena Mora pretendía descender el equipo, volvió a saltar sobre la mesa una hipótesis que durante los últimos años no solamente se ha escuchado en Cúcuta, sino en todas las ciudades del país que tienen un club de fútbol con historia, sumido en un mar de malos resultados.
“A los dueños del equipo les conviene más tenerlo en la B que en la A”, se comenta durante los partidos en las graderías del General Santander, en la tienda de Doña Marina, en la Plaza de Banderas o en las bancas del parque Santander.
Una buena parte de la afición rojinegra está plenamente convencida de que al nuevo grupo mayoritario de accionistas, en cabeza del presidente Cadena, le conviene descender el equipo y mantenerlo jugando en la segunda división.
En 2014, el Cúcuta tuvo un pésimo rendimiento en los dos campeonatos del año de la segunda categoría, y de no ser por el cuadrangular de ascenso que se inventó la Dimayor este año, todavía estaría enfrentando a los desconocidos equipos de la B.
Para ese momento comenzó a escucharse por primera vez entre la hinchada fronteriza las supuestas intenciones que tenía el presidente del club de mantener el equipo en la B, pues encontraba más atractiva la rentabilidad financiera estando en la segunda categoría, que jugando en la primera.
¿Cuánto dinero reciben los equipos de fútbol profesional?
Hoy los equipos de fútbol en Colombia son en su mayoría empresas privadas y como tal sus propietarios hacen lo que mejor les parezca en materia administrativa, lo que a final de temporada se ve reflejado en las finanzas y en los resultados deportivos.
La Dimayor, encargada de administrar y reglamentar los campeonatos del fútbol profesional colombiano, es quien divide el dinero que paga anualmente Win Sports por los derechos de televisión, entre los treinta y seis equipos profesionales que hay en el país.
A principios de 2012, la Dimayor firmó un jugoso acuerdo con Win Sports para recibir anualmente 35 millones de dólares ($87.000 millones), a cambio de poder transmitir todos los compromisos de la primera y segunda división colombiana.
Así pues, el 90 % de los derechos de transmisión ($78.300 millones de pesos) es repartido en partes iguales entre los equipos tipo A, y el 10 % restante ($8.700 millones de pesos) entre los clubes tipo B.
Los clubes clase A son los que tienen más años de historia y hacen parte del grupo de fundadores de la Dimayor, y aquellos que se han mantenido durante tres o más años en la primera división, así actualmente jueguen en la B.
Hoy, los clubes entre los que se reparten los $78.300 millones son: Deportivo Cali, Chicó, Patriotas, Águilas Doradas, Envigado, La Equidad, Huila, Junior, Medellín, Millonarios, Tolima, Santa Fe, Cúcuta Deportivo, Pasto, Once Caldas, Atlético Nacional, Deportes Quindío, Real Cartagena, Bucaramanga, Pereira, América, Unión Magdalena y Cortuluá.
Los $8.700 millones restantes se reparte entre Alianza Petrolera, Uniautónoma, Jaguares, Fortaleza, Barranquilla F.C., Bogotá F.C., Llaneros, Real Santander, Leones, Valledupar F.C., Universitario de Popayán, Dépor y Expreso Rojo.
Paralelamente, la televisión pública paga cada año $16.000 millones, de los cuales $8.000 millones se dividen en partes iguales entre los veinte equipos de la A y los $8.000 millones restantes, entre los equipos a los cuales se les transmite un partido.
Por cada encuentro transmitido por televisión abierta el equipo local recibe cuarenta millones de pesos, y el visitante recibe diez.
Así las cosas, a un equipo tipo A como el Cúcuta Deportivo por derechos de televisión anualmente la Dimayor le paga una cifra cercana a los $3.800 millones, sin contar los partidos por televisión abierta que le transmitan. Este monto podría ir en aumento en la medida que crezcan los suscriptores del canal, de acuerdo con lo expresado por Ramón Jesurún, presidente de la Dimayor, cuando se pactó la negociación hace tres años.
Pero, ¿es verdaderamente más rentable jugar en la B?
Como es de esperarse, los clubes de fútbol en Colombia guardan con absoluto recelo sus estados financieros, y pocas veces dejan que el aficionado conozca cifras como el salario de los futbolistas, el precio de un traspaso o el valor total de la nómina.
Si lo que se quiere es determinar la rentabilidad de un club de fútbol profesional en la A o en la B, se deben tenerse en cuenta factores influyentes como gastos administrativos, patrocinadores e indudablemente los salarios más altos de la nómina.
Si el Cúcuta estuviera jugando actualmente en la segunda división por derechos de televisión estaría recibiendo $3.400 millones, además de los gastos de traslado aéreo que son cubiertos por la Dimayor por haber descendido hace menos de tres años.
Una cifra bastante importante si se tiene en cuenta que por lo general el valor de la nómina mensual de los equipos más competitivos de la B (Bucaramanga y América) no supera los 180 millones de pesos.
Ahora, jugando en la primera categoría el Cúcuta recibe $3.800 millones, más los respectivos gastos de traslado aéreo para todos los partidos, pero a diferencia de los clubes que pelean por el título de la A, el conjunto de la frontera mantiene una nómina conformada en su mayoría por los futbolistas con los que jugó en la B.
De esta manera es más que evidente que para un club buscar rentabilidad en la A, que vaya de la mano de buenos resultados, supone conformar una nómina competitiva, que a su vez le permita atraer mejores patrocinadores, y por ende convenza a la afición de ir cada domingo al estadio.
La confesión del 'Pecoso'
El año pasado, cuando Fernando ‘El Pecoso’ Castro abandonó la dirigencia técnica del Atlético Huila para entrenar al Deportivo Cali, afirmó que lo hacía porque a los dirigentes opitas les resultaba más rentable no entrar a los cuadrangulares finales, porque se les ‘descuadraban’ las cuentas que tenían presupuestadas para el año.
‘El Pecoso’ manifestó que como la Dimayor les paga una buena cifra de dinero anualmente a los equipos, a muchos de estos solo les interesa jugar los 18 partidos de la fase regular, pues con esta plata pagan todo el año y no hacen mayor inversión.
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