La sátira política y una crítica diferente a la realidad que vive el país, contada a través del humor, son las principales herramientas con las que Daniel Samper Ospina ha hecho que los colombianos se rían y hagan mofa de los personajes que día a día figuran en el acontecer nacional.

Sin más elementos que la propia caricatura que reflejan sus protagonistas, este columnista de la revista Semana, autor de varios libros, se ha hecho merecedor del reconocimiento de jóvenes y adultos que ven en sus escritos una forma sana de burlarse de la realidad política colombiana.

El miércoles, Samper Ospina estuvo de visita en Cúcuta como invitado especial de la Octava Versión de la Fiesta del Libro y La Opinión aprovechó para hablar con él sobre el nuevo proceso electoral, los cambios en el gabinete entre otros acontecimientos que han movido la agenda nacional.

¿Cómo traduce, desde su perspectiva humorística, el nuevo proceso de paz que comienza a abrirse camino en Colombia?

Obviamente cualquier suceso que ocurra en Colombia tiene un lado involuntariamente humorístico y yo siempre estoy alerta para encontrar ese lado. Creo que esta vez no va a ser la excepción. Lo importante es que el mensaje de fondo se entienda, más allá del humor. Por ejemplo, el discurso de Timochenko nos hace creer que el brindis por la paz lo tenemos que hacer con Red Bull, porque si sigue hablando tan largo la mesa de negociaciones va a ser un verdadero sofoco. Voy a seguir tomando nota de lo que suceda y trataré de hacer una especie de traducción humorística de los acontecimientos que es lo que me toca hacer como columnista desde la revista Semana.

¿Cuál sería su nómina ideal de negociadores?

De eso voy a hacer la columna de este fin de semana, entonces prefiero no anticiparme.

Pero, ¿en esa nómina seguramente no estará Manuela, la de Protagonistas de Nuestra Tele o sí?

No sé si ella esté, porque yo creo que hay que tratar de hacer la paz. Lo que sí creo es que hay que convocar gente que no esté en la política únicamente.

Y, ¿cuál sería la portada perfecta en este proceso de paz?

De golpe una en la que uno pueda juntar a Uribe con Santos. Si es para Soho, tratar de que, incluso, Uribe muestre los tres huevos.

A propósito de Uribe, ¿usted cree que Santos necesita iniciar su propio proceso de paz con quien fuera su mentor, para poder desarmarlo?

Una de las cosas que voy a tratar de decir en mi próxima columna, y ya con esto boto dos avances, es que no sé si sea necesario un proceso de paz, pero sí sería un buen gesto de parte de Santos visitar a Uribe en la clínica siquiátrica en la que se encuentre recluido.

Entonces, ¿usted, al igual que lo decía Camilo Durán (q.e.p.d), cree que Uribe se convirtió en la suegra de Santos?

Sí, pero creo que en la medida que nadie le pare bolas, sucede como cuando uno comienza a gritar y se va volviendo afónico. Entonces, creo que eso le puede pasar a Uribe, siempre y cuando el proceso de paz salga bien.

¿Con quién más tendría que hacer Santos la paz?

…Esta es una gran pregunta. Francamente no sé, creo que él está dispuesto a hacerla con todo el mundo por ahora. Quizás con Angelino (Garzón, el vicepresidente), aunque creo que es Angelino el que debe tratar de hacer la paz con Santos. El pobre está muy celoso porque vio que se lo habían brincado en todo este asunto burocrático que se empezó a armar, con miras ahora sí a negociar la paz. De modo que,  ojalá encuentren la manera, no sé si de hacer las paces con Angelino, pero de darle alguna golosina para mantenerlo entretenido para que no sea tan triste la blanqueada que le pegaron.

Adelantándose un poco a lo que pueda pasar en las negociaciones, ¿usted sí confía en que el país se salve con este nuevo proceso?

Si, ojalá todos. Yo sí creo que el presidente Santos logró nuevamente tomar las riendas del país.

¿Usted será uno de lo que más provecho le sacará a la presencia de los dos Garzones en el Gobierno?

Veo con beneplácito la llegada de Luis Eduardo Garzón al gabinete, porque como escritor de sátiras todo lo que ayude a que me quede más fácil el trabajo debo aplaudirlo y sentirme agradecido por ello. De modo que, estoy seguro que tanto Angelino como Lucho ahora unidos en el mismo Gobierno harán mucho más fácil mi trabajo y eso no hay cómo pagarlo.

¿Qué ‘lagarto’ le quedó faltando al gabinete?

Pues sin duda alguna Roy (Barreras). Leyendo las noticias sobre el ataque a un lagarto en San Andrés me puse muy triste y por eso quiero aprovechar esta oportunidad para mandarle mi sentido pésame a Roy Barreras. Creo que él siempre nos va a hacer falta en cualquier lugar en el que no esté, sea en el gabinete, sea en la Comisión de Paz. Y nos va a hacer falta porque él siempre quiere estar en todo; él es una de las personas a las que más cariño le tengo, aún en su condición anfibia.

El miércoles se confirmó la salida de Francisco Santos de la dirección de RCN radio, ¿lo va a echar de menos?

Lo voy a extrañar mucho y espero que se confirmen los rumores según los cuales ahora va ingresar a la nómina de Colorín Colorradio, en donde seguramente brillará.

Recientemente, en una entrevista Noemí Sanín declaró que siempre ha sido una ‘indignada’, ¿qué mensaje tiene para ella?

A Noemí le tengo mucho cariño y he hablado siempre desde la compasión. Me agrada saber que volvió y aprovecho esta oportunidad para decirle que siga al frente de Millonarios. Como hincha del Santa Fe sé lo agradecería mucho y creo que ella también merece dirigir una colectividad azul, porque ese ha sido su sueño finalmente.

Hay quienes le critican un poco el hecho de que trate con tanta suavidad a su tío Ernesto. ¿Es acaso de los que defiende que a la familia no se le toca?

A mi tío Ernesto claro que lo he tocado, pero siempre a sus espaldas, eso ha sido lo bueno. En la medida que he podido he demostrado que no tengo simpatía política por él, la tengo más por Mockus, así me acusen de que por esa simpatía fue que él se casó sobre un elefante y que eso puede ser un rito samperista.

Ahora que se habla de un proceso de paz, con oportunidad para las Farc de incorporarse a la vida civil, ¿cree que el grupo de rap que acompañó el discurso de Timochenko, esta semana, tiene el mismo derecho a ser nominado a los premios Nuestra Tierra o a los Grammy Latino?

Bueno, es que de eso también voy a escribir en mi próxima columna. Este es uno de los escollos que hay que eludir en el camino de la paz.

¿Qué va a hacer cuando se acabe Protagonistas de Nuestra Tele?

Hace rato no la veo. Ya estoy en un tratamiento de desintoxicación y actualmente estoy quemando mis neuronas con drogas mucho menos duras y que lesionan menos el cerebro que Protagonistas de Nuestra Tele.

Su trabajo

¿Cuál ha sido la sátira que mejor ha hecho?

No creo que haya una concreta, única que pueda señalar como un trabajo del que me sienta satisfecho. Semana por semana consigo hacer la labor que me corresponde y ya con eso tengo.

¿El personaje más fácil de caricaturizar?

Angelino es fácil, también Uribe, porque son caricaturas en sí mismas. Mockus en un momento determinado cuando estuvo en la alcaldía fue fácil. Todos los que de alguna manera tienen rasgos caricaturizables que saltan a la vista son fáciles.

¿Y el más difícil?

Probablemente Sergio Fajardo. Y de los que nombraron como negociadores para el proceso de paz creo que Humberto de la Calle debe ser difícil de caricaturizar porque no tiene rasgos muy concretos o una propensión al ridículo que uno pueda detectar con facilidad. A veces hacer caricaturas escritas no es un trabajo fácil, pero cuando uno ve otras labores siente que tampoco está en el peor de los mundos. Difícil ser dietista de Angelino o fonoaudiólogo de Juan Fernando Cristo, eso sí es un reto.

¿Sobre quién le ha faltado escribir?

No, yo he tratado de estar en sintonía con la actualidad y de los personajes de la actualidad que hayan llegado he tratado de estar a la altura y hablar de todos.

¿Y de los que se han alejado de la escena pública, quién le ha hecho falta?

Fabio Valencia Cossio me hace mucha falta; era la cara amable del gobierno de Uribe sin duda alguna. También José Galat. Añoro mucho esos días en los que él estaba presente y para poder hablar de él o verlo uno no tenía que ir a un museo o a una facultad de paleontología.