Un globo metereológico de 600 gramos, 1811 litros de Helio, una cámara Go Pro, GPS, una caja de Icopor, un pequeño paracaídas, pero sobre todo mucho ingenio, creatividad e inteligencia, fueron suficientes para que Faber Burgos Sarmiento, lograra unas imágenes aéreas asombrosas del planeta Tierra.
Faber, conocido por realizar proyectos científicos, tuvo una idea alocada, sin imaginar quizá que llegaría tan lejos.
“Hoy haré el experimento más loco que jamás haya hecho, lanzaremos un globo al espacio”, dijo Faber al comienzo de su hazaña.
Para lograrlo, Burgos y su familia crearon la sonda casera Primavera 1 que sobrepasó la estratósfera y alcanzó a rozar el espacio.
Contando con el permiso de la Aeronáutica Civil, Faber tomó su sonda y subió hasta los 3079 metros sobre el nivel del mar, en la vereda Cordoncillos de Cuitiva, Boyacá.
El objetivo: “hacer algo verdaderamente impresionante. El día de hoy vamos a lanzar un globo tan alto, que muy probablemente en el país no se había visto”, manifestó el youtuber en un video.
“Parece fácil”, advirtió este joven ingenioso, pero la cosa era mucho más agobiante de lo que se ve, pues cualquier mal procedimiento, podría romper o hacer estallar el globo.
En la caja de Icopor fue ubicado un mensaje y una fotografía para que cualquier persona que encontrara la sonda se comunicara con los Burgos.
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Con todo listo, comenzó el conteo regresivo... “3, 2, 1... se fue”. La Primavera 1 inició su ‘aventura al cielo’, una de las “cosas más bellas” que Faber ha hecho en toda su vida.
Poco a poco y mientras la sonda ascendía, la inmensidad de los bellos paisajes boyacenses, montañas, lagunas, ríos... se fueron ‘dibujando’ pequeños, lejanos.
En cuestión de minutos, la cámara Go Pro comenzó a registrar ‘copos blancos’, señal de que Primavera 1 había sobrepasado las nubes.
Pero no se detuvo, traspasó la tropósfera, la capa donde ocurren todos los fenómenos climáticos y hasta donde llegan los aviones comerciales; siguió hacia la estratósfera hasta alcanzar la Capa de Ozono. Llegó tan alto que las imágenes alcanzaron a captar la curvatura de la tierra; el sol y la luna al mismo tiempo.
Subió hasta que un ‘pum’ daba la señal de que el globo no soportó más y estalló luego de alcanzar su máxima altura, entonces, la sonda comenzó a precipitarse.
Pero incluso en su descenso, las imágenes de volteretas brindaron un espectáculo maravilloso hasta que la sonda tocó de nuevo tierra, a unos kilómetros de donde fue lanzada.
Con la alegría de haber logrado su hazaña, Faber hizo una invitación a “valorar el planeta, a creer en la ciencia, en lo diferente...”.