Aunque todos los niños se emocionan al escuchar la voz de sus padres, para Charlotte, una bebé de 2 meses de edad fue un acontecimiento realmente sorprendente.
La pequeña ‘Charly’, como la llama su madre en su cuenta de Instagram, nació con sordera congénita, lo que le había impedido escuchar los sonidos del mundo, en especial, la voz amorosa de sus padres.
Sin embargo, el 14 de octubre 'Charly' protagonizó una de las escenas más tiernas registradas en la red. En un video 1:05 minutos, que sus padres subieron a YouTube, quedó el momento en que la pequeña escucha por primera vez, gracias a un audífono.
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Lo impresionante de la escena es la reacción de la menor al escuchar la voz de su madre, al punto casi de romper en llanto. En ese instante según lo escrito por Christy Keane, mamá de la bebé, los meses caóticos desaparecieron, al poder percibir la emoción en el rostro de su hija, tanto así que durante la grabación ella dice no haber visto esa cara antes.
La reacción de la niña fue tan emotiva, que el clip tardó poco en convertirse en viral y ya suma más de un millón de visitas en YouTube y 192 mil reproducciones en la cuenta de Instagram. Posterior a esta publicación, Christy compartió una nueva imagen con Charly en donde agradece a todas las personas que le escribieron y dice que agradece que su hija haya podido escuchar un ‘Te amo’ de su parte, pues era algo que la hacía sentir afligida.
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Hipoacusia o sordera
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 5% (360 millones de personas) de la población padece pérdida de audición discapacitante, dentro de los cuales 32 millones de ellas son niños.
Esta misma organización dice que la detección o intervención temprana es fundamental en estos menores, pues reduce drásticamente las consecuencias en el desarrollo normal de las funciones lingüísticas. Aunque, reconocen que actualmente la producción de audífonos satisface menos del 10% de la necesidad mundial y tan solo llega a un 3% en países en desarrollo, lo que deteriora la calidad de vida e inclusión de estos infantes, pues el lenguaje de señas no es de uso cotidiano, lo que impide la comunicación efectiva de esta población, logrando que en muchos casos experimenten problemas de aislamiento, depresión, frustración.