La reciente decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, mediante la cual deja sin funciones al Parlamento de ese país, de mayoría opositora, ha generado el rechazo, no solo de diversos sectores de la nación, sino de gran parte de la Comunidad Internacional.
La actuación del TSJ, considerado un brazo político del presidente Nicolás Maduro, es catalogada como una violación constitucional, un golpe de Estado y un autogolpe. Una postura similar tuvo el entonces mandatario de la nación vecina Hugo Chávez.
El fallecido presidente denunció en 2010 las supuestas intenciones de la oposición de disolver la Asamblea Nacional, aún cuando esta fracción era minoría en el máximo órgano del Poder Legislativo.
"Lo que ya están planteando es lo mismo que el 11 de abril, siendo minoría quieren ahora disolver la Asamblea Nacional, porque es la única forma, la única forma en que la Asamblea Nacional no pueda legislar es que se disuelva, están planteando un golpe de Estado”, dijo.
