Después que 54 familias regresaran al municipio, del que les tocó salir obligados hace seis años y tres meses por una falla geológica, empezaron a surgir en ellas una serie de sentimientos encontrados que no pudieron ocultar.
Esos gramaloteros, ahora dueños de un nuevo sueño, hablaron con La Opinión de su recomienzo después de una larga espera, y recordaron con nostalgia la vida que dejan atrás.
Ahora, al levantarse, ven en sus nuevos hogares la esperanza de un mejor mañana y un espacio donde podrán pasar tranquilamente una vida que la naturaleza arrebató.
La alegría de regresar era impresionante. Presentaciones artísticas, brindis, bailes, historias y muchas anécdotas se vivieron el pasado sábado 11 de marzo cuando sus pertenencias llegaron a territorio gramalotero.
La construcción de este nuevo municipio, que tiene una inversión de $400 millones, cuenta aún con más del 35% en mano de obra gramalotera.
Y el futuro es claro. Los habitantes ven en el turismo, la oportunidad de reactivar la economía. Desde el primer día del trasteo, algunos tomaron el riesgo de empezar con la venta de sombreros, comida e improvisaron tiendas.
El avance de las obras y la oportunidad de tener vivienda, es para los gramaloteros un futuro lleno de retos y expectativas.