Delegados de Teorama, Tibú, y otras localidades de Catatumbo participaron ayer del foro Los lugares de horror como lugares de memoria, en el que se concluyó que pese al dolor que han padecido las víctimas es posible reconstruir sus historias, y sus pueblos.
El alcalde Tibú, Jesús Alberto Escalante, avaló y señaló como necesario el hecho de que los lugares violentos sean objeto de transformaciones sociales y visuales, que permitan dignificar a la población afectada por la guerra.
“La no repetición es esencial, pero reconocer la historia y hacerla visible, también lo es”, dijo el mandatario. “No podemos ignorar que hay situaciones en las que la guerra ha sacado lo peor del ser humano”.
Para el funcionario es urgente que se conozca la verdad de lo que pasó, especialmente en la región de Catatumbo, para que cada generación de víctimas logre superar, al menos parcialmente, el sufrimiento.
“Tenemos que seguir los ejemplos que nos dan otras regiones, y otros países, para resarcir a las víctimas, para perdonar, y para que la gente no viva llena de odio”, agregó. “No es sencillo porque cuando hay tantos hechos violentos, solo queda el caos”.
Si bien para el alcalde la parte más complicada de hacer memoria será borrar el ánimo vengativo e irracional, hay que cumplir ese objetivo, como se ha hecho en otras zonas del país.
En desarrollo del foro, una de las experiencias que demostró esta situación fue la de El Castillo, en Meta.
Eliécer Urrea, alcalde del municipio, relató cómo en esta localidad, semidestruida con 22 cilindros bomba en el año 2000, se ha recuperado paulatinamente.
“Yo soy víctima, porque mi padre fue asesinado con 25 impactos de bala y mi suegro, secuestrado”, reveló. “Pero pese a las dificultades, en nuestro pueblo le apostamos a la paz, apoyando a nuestros campesinos, y construyendo un gran parque de la memoria”.
Este proyecto, junto con la construcción de dos centros más de memoria (que suman casi 50 mil millones de pesos) son sus principales logros, aunque ninguno se compara con la tranquilidad que se vive y la demostración de que una población unida se puede fortalecer.