Un aguacero de seis horas, en el corregimiento Pueblo Nuevo del municipio La Esperanza, provocó el desbordamiento del río San Pablo, dejando graves daños y alarma en la población, pues las lluvias no cesan.
El caudal del afluente arrasó cultivos y ganado y tumbó un muro de contención, el cual reducía el riesgo. Alrededor de 40 familias hacen parte del censo de afectados.
José Gildardo Ortiz, presidente de la junta de Defensa Civil pidió al Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres visitar la zona. La cifra de afectados se podría doblar.