El paisaje en mi cuenca se empezó a transformar en la época Hispánica con la explotación de madera para minería, la construcción de casas y el uso de mi caudal para mover molinos en centros productores de trigo.
¡Mire!, entiendo que eso era necesario para dar paso a las grandes urbes, pero el crecimiento fue desordenado. Además, en la segunda mitad del Siglo XVIII y primeras décadas del Siglo XIX, los indígenas habilitaron terrenos para la agricultura y la cría de ovejas.
Estaban acostumbrados a verme robusto y enérgico, con brazos y piernas musculosas. Sin embargo, el equilibrio en mi cuenca se perdió. La modernidad aceleró la tala de bosques y el agua de mis extremidades terminó regando cultivos sin control. Todo eso me afectó… es como si me hubieran prohibido ir al gimnasio y por eso estoy flacuchento y sin la vitalidad de otras épocas.
¿El Niño lo va a matar?
Aún no me va a matar, pero la sequía es drástica. Santurbán, el páramo donde nazco, produce 1.5 litros de agua por segundo para formar el caudal de las quebradas que desembocan en mí.El Ideam reportó en la estación San Javier, antes de Termotasajero, un caudal de 17.480 litros por segundo. Normalmente es de 25.000.
¿Acabará como el Pamplonita?
Sí, si no toman medidas ahora que están a tiempo de salvarme.Ese será mi destino. Las épocas en que se lanzaban a mis aguas desde el puente Mariano Ospina Pérez, de El Zulia, no volverán.
¿De qué medidas habla?
De un estudio riguroso para regular el caudal en la parte alta de mi cuenca. Corponor ha dado 734 concesiones y a eso súmele las captaciones ilegales. Hay campesinos que necesitan 200 litros por segundo y se toman hasta 2.000, eso termina por acabar a cualquiera.
¿Mató a decenas de peces?
No. Técnicos de Corponor dijeron que murieron panches y lisas abajo del puente Mariano Ospina Pérez. Quedaron atrapados en piedras y sedimentos luego de disminuir mi caudal por una creciente pasajera de la quebrada Tonchalá.
¿Cínera o acueducto metropolitano?
En una orilla está el acueducto, con estudios y recursos por $338.000 millones; en la otra el embalse Cínera, apalancado por arroceros y del cual se habla hace 57 años. En el medio me río temeroso de ambos. De qué les sirven esas ideas con un río seco, consérvenme primero. Mi agua no alcanzará para las 526.117 personas que calman la sed de mis aguas en 359 kilómetros que recorro.
¿Les regala agua a arroceros?
Sí, siempre que me garanticen el equilibrio, el arroz es base de la alimentación y el Distrito de Riego -Asozulia-, es el mayor productor en el departamento. Corponor les autorizó una concesión de 14 metros cúbicos por segundo. La zona tiene 15.000 hectáreas y 9.000 son para riego de arroz.
¿Hay plan B por sequía?
Están cultivando escalonadamente y eso lo valoro. Mi caudal es tan bajo que solo pueden tomar 5 metros cúbicos por segundo, eso me lo dijo el coordinador de desarrollo comunitario de Asozulia, Juan Carlos Salcedo, en una visita a la bocatoma del Distrito.
¿Los productores de qué viven?
De los ahorros. De mis aguas se benefician 826 asociados. El agricultor Jesús Córdoba, tiene 90 días sin cultivar y Teresa Carreño, lloró el día en que me vio seco, porque hace 43 años sacaba tres cosechas al año.
¿Volverá al gimnasio?
Eso no depende de mí. Acuérdese que me obligaron a dejarlo, regúlenme el caudal, reforesten áreas con árboles nativos. ¡Cuídenme!, quiero volver a ser musculoso.
*José Eduardo Rozo | La Opinión
