En Colombia, al año, se registran 160.000 embarazos en adolescentes y el Instituto colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), buscando disminuir la alarmante cifra, recorre el país con la campaña ‘Yo cuido mi futuro’.
En Norte de Santander, el mensaje de prevención se empezó a difundir por el municipio de Tibú, uno de los focalizados en el oriente colombiano por tener mayor índice de embarazo precoz.
A la campaña del Bienestar Familiar se unió la agrupación colombiana ChocQuibTown, la cual con sus sonidos del pacífico ganaron este año el Grammy Latino en la categoría a Mejor Álbum Fusión Tropical.
En este municipio de la zona del Catatumbo, Gloria ‘Goyo’ Martínez, Miguel ‘Slow’ Martínez y Carlos ‘Tostao’ Valencia compartieron con los jóvenes y les entregaron un mensaje para que planifiquen y proyecten su futuro.
En un foro los 500 jóvenes que asistieron despejaron dudas sobre sexualidad, al tiempo que interactuaron con los cantantes, que les contaron historias de su vida personal.
“Un día mi mamá le dijo a una hermana: mándeme a la niña para acá, yo se la cuido y la pongo a estudiar. Llegó mi prima a Bogotá y cuando uno está pequeño no sabe a qué edad puede quedar en embarazo. Se suponía que mi prima no hablaba con nadie y un día entró al baño y pegó un grito. Luego salió con una prueba positiva de embarazo”, esta experiencia me motivo a participar de la campaña, cuenta ‘Tostao’.
De acuerdo con Ember Estefenn, director de Niñez y Adolescencia del Bienestar Familiar, “en el país los embarazos no planificados predominan en niñas entre los 10 y 14 años. Este año, en ese rango de edad, la cifra se eleva a 7.000”.
Los registros hacen que en algunos sitios de Colombia, “nos acerquemos a tasas como las de Asia del Sur e inclusive África” agregó Estefenn.
En Tibú, de acuerdo con el Instituto Departamental de Salud (IDS), hasta noviembre de este año se habían registrado 201 embarazos, todos en menores de 20 años. De esta cifra, 15 madres están entre los 11 y 14 años y 186 entre los 15 y 19 años.
El embarazo en adolescentes, según Estefenn, es una trampa de pobreza que genera exclusión e inequidad. Además, facilita que los menores no culminen sus estudios de bachillerato y que no lleguen a la universidad.
En medio de ese gris panorama, la agrupación ChocQuibTown se ha convertido en la aliada perfecta para que los menores por medio de la música, reconozcan la importancia de tener una sexualidad responsable.
*Edinsson Figueroa